Existen fechas, que a veces no sabemos que existen, y que son importantes no por la celebración en sí, sino por el significado social que es lo hace relevante. Ahora, para lo siguiente recomiendo tener la mente muy abierta, no pretendo ensalsar al género femenino sobre el masculino, sólo señalar las situaciones sociales que han marcado la gran desigualdad que aún en la modernidad es muy visible y el Día de la niña es un ejemplo perfecto, por eso lo retomo.
El 11 de octubre se conmemora el Día Internaconal de la niña, se instauró por decreto de la ONU por las problemáticas sociales que, aún, en las sociedades modernas y avanzadas existen y que perjudican la integridad de las niñas, de forma que el objetivo es “reconocer los derechos de las niñas y los problemas excepcionales que las niñas confrontan en todo el mundo… Todos los días, las niñas hacen frente a la discriminación y la violencia en todo el mundo. El Día Internacional de la Niña centra la atención en la necesidad de abordar los desafíos que enfrentan las niñas y promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos humanos.”
Desafortunadamente, todavía existen prejuicios muy arraigados que ponen en riesgo la integridad física y mental de los seres humanos del género femenino. Hay zonas de nuestro país que por usos y costumbres se venden a las niñas, o se dan en matrimonio a edades muy tempranas y su estatus es el de un objeto. En Egipto las niñas son sometidas a la mutilación de sus genitales para reducir sus deseos sexuales así se mantengan castas antes de ser dadas en matrimonio y sean fieles a sus esposos impuestos, por supuesto hay sus excepciones pero es un práctica que todavía se lleva a cabo por algunas comunidades.
Son las niñas, también, más vulnerables a abusos sexuales y a la esclavización sexual; a la discriminación en actividades que por regla social se consideran masculinas. Desde el nacimiento, a una niña se le van inculcando los roles de sumisión; van creciendo y se les ordena servirle a su padre, hermanos, tíos, se les encomiendan los quehaceres domésticos, sobre todo en familias que tienen arraigadas costumbres machistas.
A la niña, que se convertirá en mujer, se le enseña a obedecer, se le clasifica como débil y hasta incapaz. Por eso en nuestra sociedad las faltas de respeto hacia la mujer se convierten en actitudes de riesgo porque se permiten desde casa.
El día de hoy escuché un comentario muy inteligente y uno muy estúpido. El primero fue, deja ser a tus hijos como quieran ser, si tu hijo quiere jugar con muñecas el riesgo más grande es que sea un muy buen papá; si tu hija quiere vestirse como princesa acéptalo, si no quiere jugar con muñecas también, no los limites con prejuicios. El segundo fue de una mamá a su hijo, “o qué no eres hombre… porque cuando lloras pareces niña”.
Ser niña, ser emocional, nos ayudaría a todos como sociedad a sensibilizarnos, a ser rescilientes porque una niña recibirá más NOs en su vida, enfrentará más obstáculos para su desarrollo, se le criticará por ser mamá o por no serlo, por ser una buena persona, una buena hija, una buena esposa y una buena madre, o ser la más mala mujer. A las niñas se les debe valorar, igual que a los varones, se les debe motivar; no condicionar a un color, una actitud, una actividad, a un rol sólo porque la sociedad así lo dice.
Las niñas de hoy se convertirán en las mujeres que impulsen el respeto a sus derechos, a su cuerpo, a vestirse como quieran sin tener que sufrir degradaciones. En el documental “La hija de la India”, muy bueno y todos deberían verlo, que narra el suceso de la violación y asesinato de Jyoti Singh, a pesar de que en India es muy común, como en muchos otros países incluyendo los más desarrollados, fue un acto de violencia realmente desgarrador que movió la conciencia de mujeres y hombres en Delhi y en el mundo. Y otro ejemplo muy imponente acerca de la situación de riesgo de las niñas- mujeres es Malala Yousafzai, quien casi muere después de ser atacada por ser activista (mujer) a favor de la educación, ahora aboga por asegurar la educación de calidad para las niñas, sobre todo en su país Pakistán.
Era necesario comentarles lo anterior para poder expresarles mi shock, en el documental hay testimonios de uno de los acusados, de los abogados defensores, de los padres y de un par de activistas, mujeres hindúes; y es cuando, con impotencia, haces conciente porqué la violencia de género no acaba. Los abogados defensores, ortodoxos por supuesto, defendían a los inculpados con la base de que la jóven no debía estar fuera de su casa tan tarde y menos con un hombre que no fuera su familiar; uno de los violadores justificó el acto por la misma razón y agregó que su vestimenta no era la adecuada para una mujer decente.
Todas las excusas que se puedan poner para atacar a una mujer vienen de la educación de la sociedad, si a un niño no se le inculca el valor HUMANO del que goza una niña, será el hombre que le pegue, la viole o la mate en el futuro. Por eso es, desgraciadamente, necesario que nos recuerden que una niña, que se convertirá en mujer, y que también cuenta.
Brenda A.