En un arranque de soberbia, Michael Bay nos brinda una cuarta entrega de Transformers, y digo soberbia porque mediocridad fue demasiado usado desde la entrega anterior.
El señor Bay ha tenido (ya durante muchos años) los medios para hacer la más grande y épica de las películas, y (me lo imagino sentado en una silla en la playa sosteniendo una bebida) simplemente nos ha sonreído burlonamente y susurrado “no”.
El pésimo guión -escrito por Ehren Kruger– que acompaña a esta producción es sin duda la firma de una saga ( a excepción de la primera entrega, que fue malo pero se le perdona) que ha brillado por sus historias forzadas y hechos sin sentido…y siendo sinceros, en muchas partes la idea de que de hecho existiera un guión parece algo increíble.
Platicando con Héctor, quién es parte de Rodando Film Fest, este me comentaba: “Bay apunta a un público treintañero, quienes a fuerza de nostalgia irán al cine y llevarán a sus hijos”. Tiene razón. Esta cinta se sostiene por completo en la nostalgia de aquellos que vimos las series animadas cuando éramos niños, y -en esta ocasión- más para quienes nos sentimos traicionados por no ver Dinobots en la entrega pasada. Y sin lugar a dudas son los Dinobots la mayor falla argumental de esta cinta.
PERO, la verdad sea dicha, nadie va al cine a ver una película de Michael Bay por su guión, sino por los efectos visuales, el espectáculo en si. ¿Y cómo está el espectáculo? Pues la respuesta es simple: Imagínese escuchar la misma canción una y otra vez, pero cada vez más fuerte, ósea, lo mismo pero más grande.
Las actuaciones son las que se pueden esperar de una película de este director, los buenos son muy buenos y los malos son muy malos, lo cual está bien si se considera que esta es una “película para niños” (no mencionare que el “robot malo” es el que tiene la PEOR IMAGEN que jamás he visto). Sin embargo, y a pesar de sus LARGUÍSIMOS 165 minutos de duración, es una vez más por su terrible guión que los personajes no se logran quedar con el público. Ninguno de los personajes logra siquiera el desarrollo básico para lograr la tan deseada empatía con la audiencia, y lo que es más, aquellos -personajes- “ya establecidos” se las arreglan para perder “eso” que los hacía especiales.
Al final del día, Transformers: La Era era de la Extinción, no es un fracaso porque NUNCA PRETENDIÓ SER UNA BUENA PELÍCULA. Michael Bay “nos hace favor” (dentro de toda su soberbia) de brindarnos una nueva entrega de los robots favoritos de todos. “¿Quieren Dinobots?” Pregunto él, y se respondió a si mismo “pues Dinobots les daré…a mi manera”.
Si te gusta ver contenedores de leche explotando cual dinamita, peleas al por mayor solo porque sí, y escenas espectaculares a la menor provocación, entonces, esta película es sin dudas para ti, y siendo sincero para todos.
No se que es más idiota, si el guión de esta cinta o yo, que seguiré yendo cual peregrinación al cine a ver todas las entregas por venir de esta saga.
El señor Bay ha triunfado sin dudas, pero más que en su nueva película, en convertirse en el ejemplo viviente del viejo dicho “más vale malo por conocido que bueno por conocer”.
El avance:
