Sin un adiós.

[dropcap size=big]P[/dropcap]or mi mente cruzan mil y un palabras de aliento, de esas que sabes que seguramente solo llegarán unas cuantas a decirse.

No sé lo que sientes ni planeo ponerme en tu lugar, pero sé que mi lugar es quedarme a tu lado y decirte que todo va a estar bien, acariciar tu cabello, tomarte entre mis brazos y decirte que pese a los malos ratos que pases, allí estaré.

No pretendo decirte que hacer ni mucho menos como sentirte, ¿sabes?

Lo que yo pretendo es estar contigo durante cada paso que des, compartir cada anécdota, cada lágrima que compartiste con él. Algunas veces rieron, otras lloraron, pero siempre, siempre; supieron encontrar felicidad el uno en el otro. Atesoraron cada hora, minuto, segundo, cada instante y cada respiro que compartieron para así atesorarlos y volverlos mágicas memorias llenas de amor y momentos especiales.

De todos esos momentos especiales sabes que sólo queda eso, los recuerdos; sabes que no vas a poder sentarte junto a él, no podrás escuchar su voz (a menos que sea en grabaciones), no podrás estar lo suficientemente cerca como para que él tome tu mano entre las suyas, y peor aun; sabes que no vas a sentir nuevamente aquel cosquilleo que generaban sus respiraciones, ese cosquilleo que te llegaba desde la nuca hasta aquel rinconcito de tu corazón que él ocupaba.

Sin él nada va a ser igual, y tú lo sabes. Pero sabes que de alguna manera u otra tienes que seguir tu camino, el que ya no esté físicamente a tu lado no significa que no esté cerca. Sabes que seguramente, esté donde esté; el está cuidándote a cada paso que das.

Él significaba tanto para ti, y sabes a ciencia cierta que tú fuiste lo mismo para él. Fueron juntos momentos de felicidad, lágrimas, risas y hasta razones para desear que tuviesen más tiempo o que simplemente el reloj dejara de restarles tiempo juntos. Crearon cosas hermosas, se pintaron un futuro con el que ambos soñaban, y éste fue la razón de que creciera en ustedes la fuerte esperanza de que la vida los mantuviera juntos, de poder llegar a hacer todo lo que se plantearon. Esas ganas tan locas que tenían de crecer y madurar para, poder simplemente; llevar una vida de dos.

La casa que soñaron, los colores con que los dos escogieron, aunque la verdad no importaba porque sabían perfectamente que lo que querían era formar un hogar, y eso lo lograrían simplemente amándose, no necesitaban una casa muy grande o muchos lujos; sólo necesitaban tenerse el uno al otro.

¿Qué fácil suena eso de soñar no? A veces necesitamos más tiempo para soñar, y soñar era lo mejor que tenían en el poco tiempo que tenían. Aun sientes la forma en la que su mirada te erizaba la piel, tienes presente la forma en la que sus ojos bailaban de un lado a otro cuando estaba feliz, la forma en la que sentían cómo sus corazones latían al unísono como una majestuosa melodía.

Todos sabemos que no nos podemos aferrar a lo que ya no está con nosotros, más esto no significa que apartes las memorias de aquellos momentos maravillosos, significa que somos lo suficientemente fuertes como para seguir adelante disfrutando de nuestras vidas. Seguramente se encuentra en un lugar bonito, rodeado de paz y pensando en ti y en lo mucho que lo hiciste feliz, incondicionalmente siempre con él.

Sabes que aunque no puedas verlo él está contigo, tratando de sostener tu mano como solía hacerlo cuando estaban juntos, solo que a su manera. Y él quiere que sigas adelante, el que ya no esté físicamente no significa que quiera que siga siendo el centro de tu universo; sabe que siempre lo querrás y el te querrá por siempre, y estarán a una palabra de distancia.

No siempre las cosas salen como lo planeas, la vida te pone pruebas y es tu prueba el saber ser feliz, encontrar aquello que te de paz y te genere eso que tanto esperas. Puede ser que tengas miedo de algún día olvidar todo, desde la aquella curvatura que se dibujaba en sus labios al sonreír hasta lo que sentías cuando te miraba, pero la realidad es que es algo que nunca se olvida. Es algo que sabes que estará en tu corazón, y si algún día llegas a perder noción de cómo fue, recuerda que está en tu corazón; aunque sea ya un cuerpo sin rostro para tu memoria, siempre estará ahí.

Amiga, no existen las despedidas sin un adiós, pero el saber que estuviste con él en aquel momento, ese momento en el que dejó éste loco mundo; le dio la paz y el coraje que necesitaba para adentrarse a lo que le deparó ésta vida. Sin un adiós con una simple palabra supieron que de alguna forma u otra aquella mirada sería congelada en sus memorias y viviría siempre en sus corazones, estén donde estén.

Goodbye

Y… ¡Corte!

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