El cambio de papeles en navidad

En estas fechas de paz y unión, siempre es bueno recordar todas aquellas vivencias que hemos pasado, no solo en este año, sino a lo largo de toda nuestra vida. Sin embargo, existe una transición bastante curiosa desde que somos niños a cuando llegamos a ser adultos jóvenes, y en estas fechas, es donde podemos notar varios de esos aspectos.

Cuando uno es niño, parece que tenemos olfato para identificar regalos, quien sabe como funcione, pero lo que es un hecho es que siempre que sabíamos que nuestros padres tenían regalos ocultos, no parábamos hasta dar con ellos. Inclusive, si estos se encontraban ocultos en algún lugar alto, sacábamos nuestro ingenio y podíamos llegar a ellos. A la par, creíamos en que una persona nos traía esos regalos, ya sea Santa Claus,  el Niño Dios o los Reyes Magos (de acuerdo a las creencias y/o tradiciones de cada una de las personas), y siempre esperábamos con ansías que llegara el día 25 para poder identificar los regalos debajo del árbol o al lado del nacimiento. En tercer lugar, también podemos recordar nuestra gran insistencia en querer poner el árbol y/o el nacimiento, porque veíamos en las calles y televisión que ya estaban cercas las fechas, y lo más seguro es que nos llevábamos una buena regañada de nuestros padres. Finalmente, teníamos esa pequeña costumbre de querer regalar algo a nuestros familiares, y aunque no teníamos nada de dinero, poníamos a volar nuestra imaginación y regalábamos dulces, dibujos o una tarjeta con recortes diversos echa por nosotros mismos.

A estas alturas, y hablo por un servidor, ahora nos vemos en aprietos por ocultar nuestros obsequios, ya sea de nuestros familiares o de quienes tengan hijos. Ahora tratamos de mantener viva la ilusión de hijos, sobrinos o primos pequeños pese a los comentarios de los demás de que Santa, los Reyes o el Niño Dios no te traen los regalos. A la par, tenemos que escuchar las voces insistentes de los pequeños en colocar el árbol de navidad o el nacimiento mucho antes de las fechas establecidas (si, porque me parece que el árbol y el nacimiento se colocan desde el 8 de diciembre). Finalmente, ahora ya no nos tomamos el tiempo y la molestia de hacer regalos nosotros mismos, sino que todo lo queremos comprar, obsequios caros pero superficiales.

Parece algo sin sentido, pero si nos detenemos a pensar un poco, el cambio de papeles, de niño a adulto, es más duro de lo que parece, y una de las cosas para identificarlo es en estas fechas. Personalmente los invito a volver a creer y sentirse niños, coloquen sus adornos, árbol y nacimiento con alegría y en familia, y tómense un tiempo en preparar regalos hechos a mano; seguramente muchos dirán que no tienen tiempo, pero créanme que se sentirán nuevamente niños.

See ya.

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