El corazón está hecho para romperse

En una clase de literatura estaba viendo una película surrealista llamada “El lado oscuro del corazón”, (la cual contiene en gran parte maravillosa poesía de Mario Benedetti, asi como su participación estelar) y en una escena el protagonista se saca el corazón y lo pone sobre la mesa, literalmente.

Paréntesis a la historia [en ese tiempo yo estaba pasando por un momento de incertidumbre sobre darme o no la oportunidad en una relación que sabía que al cabo de poco tiempo iba a complicarse sin importar lo que hiciera para evitarlo]. Fin del paréntesis.

Esa escena tuvo un impacto fuerte en mí, porque simboliza cómo cuando te enamoras entregas tu corazón y todo lo que eres y le demuestras a la otra persona que eres totalmente vulnerable y que te tiene en sus manos, con la capacidad de destrozarte en cualquier momento; así que terminando la clase le conté a la maestra, a la cual quiero mucho y considero una amiga, el dilema en el que me encontraba, y ella me sonrió y dijo simplemente: El corazón está hecho para romperse.

Si leer esta frase los desconcertó, déjenme decirles que a mí me dejó pensando que era una perspectiva demasiado masoquista. Después de perseguirla para que me sacara del enredo en el que me había dejado, me dijo que no podemos detenernos en cuestiones del amor por cualquier tipo de miedo que nos cause, porque el amor se vive, no se piensa, y el amor sucede, no se planea. Después de varias tazas de té chai y hojas llenas de garabatos, procesé sus palabras y llegué a la conclusión que hoy quiero compartirles (extraída textualmente de mi diario).

Creo que el amor es uno de esos misterios de la vida que deben permanecer como un misterio para poder existir y tener valor. El amor no se busca ni se encuentra, solo sucede, y cuando eso pasa, se VIVE. Los seres humanos lo necesitamos tanto como necesitamos el oxígeno para respirar; nuestro error consiste en sucumbir ante la impaciencia y buscarlo, mendigarlo, confundirlo, tratar de controlarlo… Es entonces cuando le quitamos su esencia y lo convertimos en un objeto.

Es el momento más inesperado, a veces oportuno, a veces imprudente, en el que sucede. Podemos encontrarnos con la persona correcta en el tiempo equivocado, o con la persona incorrecta cuando el momento es oportuno, o puede ser que el universo conspire a nuestro favor y nos encontremos con la persona correcta en el momento indicado. Lo destacable es que en cualquiera de las circunstancias, el peso que aporta en nuestras vidas tiene la misma relevancia.

Cambiamos, descubrimos facetas, cualidades y también defectos en nosotros mismos que antes no conocíamos. Nos hace apreciarnos como individuos. Tristemente, la mayoría de las veces no es hasta que otra persona nos quiere y nos valora por lo que somos, que nos damos cuenta de nuestra magnitud y de TODO lo que valemos.

Sí, el corazón está hecho para romperse, no para dejarlo en la vitrina con triple seguro. Es totalmente inevitable que en algún momento de la vida se rompa, y cuando pasa se siente como si fuera el fin del mundo, porque en cierta forma lo es; es el fin de un ciclo. El amor es como el fénix: nace, se aventura a crecer para poder tener su momento de gloria, disfruta el momento, muere, disfruta a su manera el momento también, y después renace de sus cenizas, listo para emprender el viaje una vez más. Así como el fénix, nuestro corazón también tiene ciclos, y cada experiencia en nuestras vidas SIEMPRE nos aportará más BENEFICIOS que perjuicios.

Y así es. El chiste del amor es que no todo es rosa siempre. El amor sin desamor no existe. Así como cuando nos embarcamos en una relación y disfrutamos no solo a la otra persona, sino las partes de nosotros que hasta ese momento desconocíamos, así debemos de aprender a disfrutar y conocer las partes que afloran en nosotros cuando pasamos por los terrenos difíciles. Aprovecha el tiempo para intentar cosas nuevas (ayuda a despejar la mente, y nunca sabes cuándo puedes encontrar tu pasión, tu vocación o tus habilidades) y disfrútalo, y así mismo aprende a disfrutar atascarte de comida mientras acabas con el papel de baño de tu casa y lloras como una cascada, porque liberarse también es benéfico (y en cierto modo es una terapia divertida).

Esto dicta la rata mental el día de hoy:

Primero, rompe esa vitrina, quema los seguros y libera al corazón, está PROHIBIDO encerrarlo; atrévete a ESO que te da miedo hacer, nunca sabes cómo resultaran las cosas.

Segundo, conoce y disfrútate en las buenas y en las malas, ante cualquier circunstancia siempre hay un lado positivo, y los buenos momentos ni quien te los quite.

Y lo más importante, renace de tus propias cenizas las veces que sean necesarias.

Cambio y fuera.

 

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