He leído que varias personas comentan que She’s Funny That Way (Bogdanovich, 2014) es una copia de Woody Allen, que toda la película está marcada por una clara tendencia a éste o, peor aún, que un intento fallido de copiar la fórmula sostenida por Allen, y que lo único bueno de la película es el final donde aparece el director Tarantino… pues todo esto ¡es mentira!. Pienso que She’s Funny That Way es digna de ir a verse al cine, y de gastar en la entrada para verla proyectada.
Estamos frente a una película que logra su cometido, entretener, divertir y enredar, pero no podíamos esperar menos de un director como Peter Bogdanovich, quien es parte de la grandiosa pandilla de directores del Nuevo Hollywood junto a Coppola, Scorsese, Lucas, Spielberg, De Palma, Ashby y Friedkin.
Bogdanovich nos presenta un nuevo largometraje, después de trece años de ausencia, logrando desbloquear el reto de una manera bastante favorable. La historia se desarrolla en la crema y nata de Broadway, donde una chica que trata de convertirse en una exitosa actriz, lo logra después de enredarse con el director de la obra, de ahí parte la historia y los conflictos que le seguirán una serie de personajes obsesionados por cuestiones interminables.
La película está contada de una forma clásica y anacrónica, además de que en el reparto tiene como referencias a actores de otras
películas del director. Algo interesante es que al parecer Bogdanovich se ve así mismo en el personaje de Arnold (Owen Wilson), por dos cuestiones: la primera es la relación íntima que tuvo con Cybill Sheperd mientras trataba de mantener la cuestión creativa con su esposa Polly Platt, quien al enterarse de su relación con Sheperd, lo echó de su casa, terminando el rodaje de la última película. La segunda es que la historia de su nueva película nace de una experiencia personal, de cuando se estaba preparando el reparto para Saint Jack, el rey de Singapur donde el director conoció a una infinidad de prostitutas, donde en una situación incomoda Peter se percató de que dos de ellas no querían hacer ese trabajo, es así que el cineasta les dio dinero para que empezaran una vida nueva, convirtiéndose en inspiración para la realización del guion, el cual estuvo a cargo de Bogdanovich y su ex esposa Louise Stratten (quien debía protagonizar la película junto a John Ritter, pero la muerte de éste paralizaron aquellos planes).
She’s Funny That Way es una película que es digna de ir a verse, para además de reír y entretenerse por 93 minutos, poder recordar y ser parte de la nostalgia. En cierto momento se pudiera hasta ver una presencia como la de Barbra Streisanden What`s Up, Doc?. Una escena a destacarse es la que se da en el restaurante donde los enredos a penas comienzan, pero la forma de contarlos al público son geniales.
Lo único que podría cambiarse es la aparición de Tarantino, tal vez hubiera sido más armónico un director más ligado a la llamada comedia screwball. 
