La semilla del Amor.

Hace algún tiempo (en mi adolescencia) leí un libro llamado “Pies de ciervas en los lugares altos” Si, ya sé, quizá suene algo demasiado cursi y la verdad es que sí. Pero ese no es el punto. Los siguientes párrafos que les escribo realmente llamaron mi atención y lo siguen haciendo. Hablan acerca del amor, ese sentimiento, emoción o no se ni que nombre darle, pero me refiero al amor. El qué sucede cuando uno ama. Ustedes juzguen y opinen acerca de los siguientes párrafos, digo, precisamente para eso son los libros, para leerlos, dar alguna crítica y aprender de ellos así como disfrutarlos:

[…] -¿Tienes plantado el Amor en tu corazón, Miedosa?- dijo el pastor.

-Creo que lo que está creciendo allí es un gran anhelo por experimentar el gozo del amor natural y humano, y aprender a amar muchísimo a la única persona que me amará a cambio. Aún así, ¿es posible que a pesar de lo bueno y natural que parezca ese deseo no sea el amor del que estás hablando?- se detuvo y luego añadió con sinceridad y casi temblando-:Pastor, veo que en mi corazón crece el anhelo, pero no creo que sea el tipo de Amor del que estás hablando, al menos, nada como el amor que veo en ti.

-Entonces, ¿me permitirás que ahora  plante allí la semilla del verdadero Amor?- preguntó el Pastor-. Te tomaría algún tiempo para desarrollar los pies de cierva y escalar los Lugares Altos, y si ahora pongo la semilla en tu corazón, ya habrá florecido cuando llegues allí.

Miedosa retrocedió.

-Tengo miedo-dijo-. Me han dicho que si uno en verdad ama a alguien le da a ese ser amado el poder de que nos dañe y cause dolor como ninguno otro es capaz de hacerlo.

-Eso es cierto- asintió el Pastor-. Amar significa concederle uno mismo la autoridad al ser amado y llegar a ser muy vulnerable al dolor, y tú le tienes mucho miedo al dolor, Miedosa, ¿no es así?

Ella asintió con tristeza y luego dijo con mucha vergüenza:

-Si, tengo muchísimo miedo-.

Aun así, el que ama es muy feliz – dijo el Pastor con voz queda -. Da mucha alegría amar aun si no te aman a cambio. Hay dolor también, sin duda, pero el Amor no piensa que esto sea muy importante.

Miedosa pensó de repente que Él tenia los ojos mas paciente que ella había visto jamás. Al mismo tiempo, había  algo en ellos que hería su corazón, aunque sin saber por que.  Así que sobrecogida aun de temor, dijo (pronunciando con rapidez las palabras porque le daba vergüenza decirlas):

-Nunca me atrevería a dar amor a menos que estuviera segura de que me amaran a cambio. ¿Si te permito que plantes la semilla del Amor en mi corazón me prometerías que me amarían a cambio? De otra manera, no seria capaz de sobrellevarlo.

 La sonrisa que le dirigió entonces fue la más amable y bondadosa que jamás ella había visto, aunque una vez más, y por la misma indefinible razón que la vez anterior, la hirió en lo más vivo.

-Si-dijo Él, sin dudar-, te prometo, Miedosa, que cuando la planta del Amor este lista para florecer en tu corazón, serás amada a cambio.

Un estremecimiento de gozo la recorrió de pies a cabeza. Parecía demasiado maravilloso para creerse, pero el mismo Pastor fue el que hizo la promesa, y de una cosa estaba bastante segura, Él no mentiría.

 Por favor, planta el Amor en mi corazón ahora– dijo ella con timidez.

Pobre pequeña alma, era todavía Miedosa aun cuando se le prometía la mayor cosa en el mundo.

El pastor puso la mano en su pecho, saco algo hacia delante y lo dejo en la palma de su mano. Luego extendió su mano hacia Miedosa.

He aquí la semilla del Amor– dijo.

Miedosa se inclino para mirar, luego dio un pequeño grito de espanto y retrocedió. Sin duda, había una semilla en la palma de su mano, pero tenia la misma forma de una larga y afilada espina.

La semilla parece muy afilada– dijo ella sobrecogida de espanto-. ¿No me herirá si la pones en mi corazón?

-Es tan aguda que se desliza con rapidez-contesto Él con amabilidad-. Sin embargo, Miedosa, ya te advertí que el Amor y el Dolor van juntos, al menos por un tiempo. So conocieras el Amor, deberías conocer también el dolor.

Miedosa miro la espina y retrocedió. Luego observo el rostro del Pastor y repitió las palabras que le dijo.

-Cuando la semilla del Amor en tu corazón este lista para florecer, serás amada a cambio- y un extraño y nuevo valor entro en ella. Avanzo de repente, dejo al descubierto su corazón y dijo-: Por favor, planta la semilla aquí en mi corazón.

Entonces Él presiono la espina en su corazón. Era cierto, tal como se lo dijo, causo un agudo dolor, pero penetro con rapidez y luego, de repente, una dulzura como nunca antes imagino se apodero de ella, era agridulce, pero la dulzura era mas fuerte. Miedosa pensó en las palabras del Pastor: “El que ama es muy feliz”, y de repente sus pálidas mejillas se le iluminaron de rosa y brillaron sus ojos. […] 

Y bueno, les advertí, es demasiado cursi o ¿demasiado cierto? No lo sé, cuando se habla del Amor se debe tener cuidado, uno debe saber elegir las palabras correctas para referirse a tan “tremendo” sentimiento.

Hace poco leí en el facebook de una amiga algo que dijo una poeta (de mis favoritas) “Anais Nin dice que el amor sensato se convierte en pasión por culpa del dolor, pero ¿y si fuese al revés?” Habrá que pensarlo.

Pues kalochos y kalochas, díganme, ustedes que opinan del amor, ¿será muy parecido a la metáfora que describí en los párrafos anteriores?

Hasta la próxima.

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