Recuerdos del 98: Cuando la selección SÍ JUGABA #Deportes

1998

La precaria situación en la que se encuentra la Selección Mexicana el día de hoy, y ante la latente posibilidad de hilar una segunda y lapidaria derrota consecutiva, hace que se me venga a la mente una selección a la que sin duda le sobraba lo que a esta le falta: jugadores entregados a la camiseta. Lejos de tantos reflectores, conformaron una de las mejores selecciones que me ha tocado ver jugar, regalándonos un mundial con pasajes inolvidables. Entiendo que el fútbol, como todo, ha ido evolucionando y con ello, el nivel de los rivales, pero a la par también tuvo que crecer la calidad del Tri.

La gran consistencia y regularidad que mostraba la escuadra de Manuel Lapuente durante los 90 minutos, hizo que nos emocionáramos con increíbles remontadas y sonoras victorias no solo sobre rivales de la región, sino también a selecciones de gran jerarquía. Esto se reflejó en la tabla del Hexagonal de CONCACAF, en donde México terminó en primer lugar, invicto, con 16 puntos, 23 goles a favor y 7 en contra, lejos del mediocre cuarto lugar que actualmente ocupamos.

Las lágrimas de miles de mexicanos estallaron cuando el “Matador” Luis Hernández empujo el balón de manera dramática en los últimos segundos de juego contra Holanda en la fase de grupos. O qué decir del golazo que marcó Cuauhtémoc Blanco cuando perdíamos contra Bélgica, el estrafalario Jorge Campos, el siempre aguerrido “Cabrito” Arellano, García Aspe o Ramón Ramírez. Los jóvenes de aquel entonces: Davino, Oswaldo Sánchez, Pavel Pardo, Carmona y Villa. Y los veteranos como Peláez, Luis García y Jaime Ordiales. Sin titubear cambiaba las lágrimas de vergüenza al romper cada record negativo que se nos presenta, el único gol anotado de local hasta el momento, las fantasmales e inadvertidas actuaciones de los jugadores y las negativas a representar a su país por las alegrías de hace 15 años.

Y es que a pesar de no pasar de Octavos de Final, estamos de acuerdo en que hay maneras de perder, y a excepción de las dos fallas garrafales de Raúl Rodrigo Lara que permitieron que Alemania remontara en menos de 7 minutos, aquel TRI no dejó de generar jugadas de peligro hasta el silbatazo final. Un año después, y premiando el trabajo de esta generación, llegaría el campeonato de la Copa Confederaciones 1999, donde nos coronamos ganándole 4-3 a Brasil en el Azteca.

Recordar es vivir, y al sacar del baúl de los recuerdos pasajes de generaciones pasadas en el TRI, confirma que la vara no se debe bajar y no hay porque conformarse con “lo que hay”, porque con lo que tenemos, es para dar mucho más.

Es mi sentir, es mi opinión.  Los invito a seguirme también en Twitter @DaniielMar.

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