“Luz de Luna” retrata la crueldad de la vida; una lucha contra los estereotipos y la búsqueda de la identidad, hacen de esta película una impresionante experiencia cinematográfica.
Moonlight o Luz de Luna es la otra cara de la moneda, es la parte cruda y realista de la vida que nos hace recordar que muchas veces somos afortunados por la vida que tenemos. Es un retrato frío y correcto de cómo, en muchas ocasiones, tenemos que buscar nuestra propia identidad aún cuando ello signifique poner en riesgo todo lo que conocemos.
Barry Jenkins dirige esta película dividida en tres etapas: la infancia, adolescencia y madurez de Chiron, un joven afroamericano que, a lo largo de su vida, deberá sufrir una serie de problemas que marcarán el rumbo de su vida; empezando por el acoso escolar hasta llegar a la aceptación de su homosexualidad sin olvidar los problemas de adicción por parte de su madre.
Toda esta historia nos lleva a reflexionar sobre qué hubieras hecho en los zapatos del protagonista, pues la película en más de ocasión nos muestra de manera clara las difíciles decisiones que Chiron deberá tomar para transformarse en todo aquello que siempre quiso o bien, ceder ante el ambiente hostil y ser parte del problema.
Sin duda, la forma en la que Moonlight profundiza en el ámbito emocional de su protagonista es excepcional, nos hace partícipe de sus frustraciones, miedos y complejos; esto desencadenará en una serie de eventos que, cconforme avanza la película, se irán conectando poco a poco hasta conseguir el contexto entre lo que se quiere y lo que se puede ¿Hasta donde se está dispuesto a llegar con tal de llevar una vida “normal”? Es será la pregunta medular de la película.
El hecho de ver a un hombre afroamericano viviendo en un mundo de pandillas y narcotraficantes y que al mismo tiempo tenga que lidiar con la búsqueda de su propia identidad hacen de esta película un viaje entre la tristeza, la melancolía pero sobre todo por la búsqueda de la felicidad.
Moonlight no es una historia de drama forzado, se trata del reflejo de una realidad que pocos se atreven a mirar o bien, prefieren ignorar. Nos recuerda lo frágil que puede ser la condición humana y que nos lleva a tomar rumbos peligrosos e inciertos. Yo no pido que le den un Oscar por un tema racial o de luchar contra la homofobia, creo que esta película es tan sincera y honesta que no pretende ganar un un “público” por un tema polémico, pido el Oscar por la forma de retratar una vida, su esencia y su aceptación.
Y sí me permiten cerrar con un comentario muy personal, Moonlight es todo aquello que La La Land no es; es la vida en su estado más puro. “Corre Chiron, corre libre”
