¿Eres fotógrafa? Pues dicen… Entrevista a Sahiye Cruz.

En lo personal creo que Sahiye “nació para tomar fotos”, pues me platicó que comenzó a realizar esta actividad desde que tenía cinco o seis años señalando que no eran profesionales, pero es sorprendente que a pesar de que fue a una temprana edad, 23 años después la esté efectuando con todo el profesionalismo que ésta involucra. Durante la infancia uno ve e imita las cosas y conforme vas creciendo vas cambiando tus metas y sueños, pero ella siempre tuvo ese gusto por captar momentos, sabe exactamente cuándo nació su gusto por el arte:

“Yo creo que desde niña, porque las fotos son parte de uno, si tú como niño no tienes fotos: ¿Qué infancia tienes?, entonces pueda ser que desde niña porque tomas fotos que a tu mamá, que a tu hermana y demás”. Asegura que “la cámara te da un poder”, un poder por el cual tú puedes capturar el momento, puedes capturar a las personas y aunque creía eso desde muy temprana edad no desarrolló al cien por ciento su amor por ser fotógrafa. Cuando finalizó su carrera en la universidad ella quería estudiar una maestría en cine pero algo en el fondo no la terminaba de convencer, así que por azares del destino llegó a la Universidad Iberoamericana: “encontré en la Ibero lo que siempre había querido y ahí fue cuando empezó más la carga fotográfica”.

Cada persona toma el camino que mejor le convenga y hace de él lo que quiere, nos expresamos de diferentes maneras pero es muy poco común que las personas encuentren cómo saciar su necesidad de hablar, de gritarle al mundo lo que sienten, de enviar un mensaje de una manera peculiar y esto es lo que precisamente llevó a Sahiye a dedicarse a esto, no fue tanto por la imagen: “creo que siempre ha habido en mí esa parte de querer explorar más. Entonces el gusto formal, el gusto no por la foto, sino por querer transgredir los lenguajes nació en la maestría, pero siempre estuvo ahí”

A pesar de tener talento nos confesó que batalla mucho al hacer sus proyectos pues es un largo proceso y está segura de que en cualquier momento se dará “la chispa” que la llevará a desglosar sus ideas para irlas desarrollando y puliendo. Dijo tener algo “escatológico” (le interesan las uñas, el cabello y cosas así) y de ahí es de donde empezó a realizar sus primeros trabajos; toma cosas de su vida diaria y crea proyectos que de una u otra forma te hacen sentir algo. Tras un suceso que vivió con su mamá un día cualquiera que salieron a comer decidió hacer algo muy interesante.

“Estuve pensando esa noche y el día siguiente dije: “ya sé lo qué voy hacer, quiero una historia donde un chavo está comiendo cereal y se empieza ahogar con una uña que se había cortado, de los dedos de los pies días antes”. Empecé a explorar esa parte escatológica pero siempre que tengo proyectos nace de algo que me llama la atención”.

Después en una de sus respuestas reveló ser fan de Judith Butler y que a partir de su trabajo, ella desarrolló dos nuevos que fueron: A.M. P.M. U.T.M. donde realizó la idea de hablar a través del cuerpo, de esa transgresión sexual, de lo lúdico, de todo aquello que se quiere, por el simple hecho de no ser nuestro; tuve la oportunidad de ver esa obra y me atrevo a decir que es un trabajo bastante bueno porque hay fotografías que te impactan y te dejan ciertas dudas del porqué de los elementos.

El otro proyecto fue Cuerpos que importan; que desarrolló cuando recibió una beca del programa PRENDE (Prensa y Democracia) mientras estaba en la Universidad Iberoamericana en CDMX. “Esta obra habla de aquellos cuerpos mediáticos que importan, si les pasa algo importa o de aquellos cuerpos que no son mediáticos y que si les pasa algo no va a importar”. De aquí es de donde se prueba lo que Sahiye mencionó desde un principio pues de esta idea que tuvo ha estado sacando más y más obras basándolos en los temas de las cifras de los feminicidios, la violencia a la mujer y el feminismo.

En alguna ocasión le encargaron en la Ibero CDMX realizar unos autorretratos, pero mencionó que no le gustan, no le encuentra algún sentido. Sahiye no es muy fan de solo tomarse fotos con una luz padre buscando hacer la “toma perfecta”, sino que ella busca que sus imágenes digan algo, poder transmitir alguna emoción o lo que siente a través de ellas. “Es un acto performático, donde… yo me caracterizo y… aunque suene un poco trillado, pero te empoderas y eres un cuerpo que importa, en el momento; si yo me visto de Donald Trump, me la creo que soy Donald Trump y tengo mi foto para la posteridad”.

A lo largo de su carrera ha podido exponer su trabajo en diversas partes de México e incluso fuera del país. Su primera exposición fue en un café que se llama El Fauno aquí en San Luis Potosí, después expuso En memoria de mí en la casa cultural Bauen, recientemente en el Certamen 20 de noviembre quedó seleccionada la obra antes mencionada, también hace algunas semanas expuso A.M. P.M. U.T.M. en el Centro Cultural Mariano Jiménez y esta misma exposición fue elegida para el Libro de Artistas Jóvenes “Flamantes” de los organizadores “Hago cosas” en España. Ha presentado sus trabajos en Querétaro, Jalisco y en CDMX, además de quedar seleccionada para la III Bienal Internacional de Fotografía Artística Digital Contemporánea en Ecuador.

Como todo artista dijo que espera que la gente sienta el mensaje porque de otra manera simplemente pasa desapercibido. “Si tú logras que alguien se quede pensando que hay otros caminos, ya estás del otro lado, te enfrentas a aquello que le temes” Es una mujer muy decidida, optimista y segura de sí misma, a pesar de que se le ha sido negada la oportunidad de mostrar su trabajo en varias exposiciones dijo que es importante entender que no todos van a pensar igual que uno y que además no siempre se van a cumplir con las expectativas de los jueces o simplemente no entras en las categorías o los intereses de cada institución.

Para finalizar esta entrevista le planteé el riesgo que se corre al exponer trabajos con problemas sociales y más cuando estos generan la retroalimentación deseada, la mayor parte de las personas que deciden llegar hasta las últimas consecuencias pueden perder la vida por su trabajo, pero Sahiye a pesar de contestar muy segura al principio de que no abandonaría su trabajo por amenazas u otras cosas de ese tipo; me dio una respuesta después poco común y muy sensata. “bueno yo ahorita te digo que no, pero siempre va haber cosas que se interpongan en tu camino, pero… también depende de qué tipo de cosas, digo si es como que te empiezan a amenazar de muerte o cosas así, pues no te lo podría asegurar, porque tienes que estar en la situación para decir qué pasa, si no estás en la situación no puedes contestar con seguridad qué pasaría”.

Dijo que podría sonar como si estuviéramos “cantinfleando” pero que debemos revalorar la foto, ¿Qué vale más, mi vida o mi trabajo? Y es ahí donde uno debe responderse a sí mismo esa pregunta. Hablo de dar un enfoque o decir verdaderamente ¿Qué soy?; ¿soy un fotógrafo o soy un ser humano?, y estoy totalmente de acuerdo con esta respuesta pues creo totalmente esas palabras y más cuando agregó: “algo importante que yo siempre le digo a las personas que me dicen: eres fotógrafa y le digo pues dicen y se ríen, pero yo no soy fotógrafa, no soy un artista visual, soy un ser humano”.

Cada persona busca clasificarse y decir yo soy esto, yo soy lo otro, pero lo cierto es que somos iguales y de una u otra manera tenemos similitudes. Creo que todos aquellos que se dicen ser humildes deberían de decir: “nada humano me es ajeno”, deberíamos ponernos en un punto neutro y ser congruentes con lo que hacemos y con lo que decimos, y como dijo un cantautor alguna vez: “respeta el trabajo ajeno, así como respetas el tuyo”. Para cerrar esto me despido con una frase de Sahiye que me dijo en una de sus respuestas: “creo que a partir de que razonas y entiendes que eres un ser humano… hay más posibilidades en la foto o en lo que estés haciendo”

José Medina

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