Creed, el esperado spin-off de la saga de Rocky, cumple a la perfección en cada detalle; fresca y nostálgica a la vez, esta cinta recupera el espíritu de la primera película.
Tengo que admitirlo, cuando escuché que una nueva película de Rocky se estrenaría tuve sentimientos encontrados. Por una parte, la emoción que sentí al saber que nuevamente vería a Rocky en el cine era indescriptible; un personaje que trascendió y se convirtió no sólo en un icono del cine, sino en una inspiración para muchas personas (me incluyo). Pero por la otra, me daba miedo que esta nueva entrega fuera mala, que el personaje de Stallone sólo regresara a ser la burla dela crítica. Para mi fortuna, esas dudas desaparecieron rápidamente.
Por primera vez en la saga Rocky no es protagonista ni tampoco tiene que boxear, la historia gira en torno a un joven boxeador llamado Adonis Johnson quien es ni más ni menos que el hijo del fallecido Apollo Creed. Sin profundizar en detalles, la cinta nos narra la complicada infancia de Adonis así como los problemas que tiene que enfrentar al ser hijo del gran campeón mundial. Para ello debe buscar al mejor entrenador posible y quien mejor que el antiguo amigo de su padre: Rocky.
Creed combina a la perfección una historia fresca con nuevos personajes con la nostalgia y la magia de las películas de Rocky (en especial la primera). Si bien pudo haber optado por jugar con los recuerdos de los fanáticos y hacer una calca de la cinta de 1976 decidió ofrecer algo nuevo y crear su propia historia. Podemos ver a un joven que lo tiene todo (a diferencia de Rocky) pero con la misma situación de querer una oportunidad en el mundo del boxeo. Como dije, la nostalgia es un elemento que aprovechan y esto lo podemos notar en las fotografías, en los lugares o incluso en un par de flashbacks que demuestran pero lo mejor es que no abusan de ello. Si deciden utilizarlo es en la situación correcta, no es mostrar por mostrar para que los fanáticos estén contentos, es porque realmente el momento lo amerita.
Otra cosa que me fascinó fue el soundtrack; en principio creía que una película de Rocky sin Bill Conti no podría transmitir esa emoción que sólo sus obras crean pero el trabajo de Ludwig Göransson me dejó sin palabras. La secuencia de entrenamiento de Creed es espectacular y gran parte de ello se debe a su magnifica música. Creó música nueva y adaptada a la época sin olvidarse de piezas tan importantes como “Going the Distance” o “Gonna Fly Now”. También colabora la actriz Tessa Thompson (quien interpreta a Bianca en la película) con su voz y realmente está a la altura de los soundtracks de antaño.
Las actuaciones son otro punto fuerte de la película; Michael B. Jordan es la reencarnación de Apollo. En verdad, sus gestos, sus movimientos, su estilo de pelea y su actitud hacen pensar a uno que realmente estamos frente al hijo de Apollo. De Stallone no se puede decir menos, aunque tiene un papel antagónico, seguimos viendo a ese Rocky con ganas de pelear hasta el final y siempre dispuesto a darlo todo por sus amigos. En esta ocasión, Rocky enfrenta una situación muy delicada y Stallone no decepciona. El trabajo de Tessa Thompson es muy bueno, nuevamente el personaje femenino tiene un gran peso para ayudar al protagonista a cumplir su meta.
Si eres fanático de Rocky, puedes estar tranquilo. El legado de Rocky está a salvo y más vivo que nunca. Si no has visto ninguna de las anteriores, no te preocupes, esta cinta te explica algunos detalles del pasado pero se enfoca más al presente.
Sin duda, Creed es el Rocky de las futuras generaciones.
Material Extra
La escena del combate final es majestuosa, si eres muy fan podrás notar algunas similitudes con el combate de Apollo contra Rocky. La música que acompaña a dicha esa escena es magistral.
