La violencia invisible en la pareja

Hace algún tiempo estuve en una tienda departamental, en una ocasión entró una pareja de novios a los que llamaremos Rebeca y Arturo.  Rebeca entró solicitando unos pares de aretes que tuvieran una piedra negra por lo que me di a la tarea de mostrarle algunos. Rebeca se decidió por tres de ellos pero solo se llevaría un par, Arturo esperaba fuera de la tienda por lo que Rebeca decidió llamarlo para que la ayudara a elegir. Cuando Arturo esperaba fuera de la tienda se mostraba un poco molesto y desesperado, entró cuando rebeca lo llamó, se midió los aretes y le dijo “¿Cuáles son los que te gustan más? Mídete los demás contestó Arturo, “esos se ven mal, tu color de piel como que no va, estas morena y lo aretes negros no te sirven, mejor vámonos” rebeca se medía unos y otros y estaba “decidida” a comprar unos a pesar de lo que Arturo le decía, pero seguía consultando su opinión, “no quiero comprar unos aretes que no te gusten, porque cuando los traiga puestos me dirás que se me ven horribles”- estás loca (seguía haciendo gestos, que le daban a entender a Rebeca que no le gustaban). Rebeca me dijo me llevo estos, dámelos, me dispuse a envolverlos para que se los llevara cuando Arturo se dirigió a mí y me dijo no se los llevará, gracias.

Esto me hizo preguntarme cómo Rebeca no se daba cuenta de la violencia verbal y emocional que aplicaba Arturo sobre ella, desde minimizarla, sus gustos, sus pensamientos, la toma de decisión sobre lo que a ella realmente le gustaba y creando así una imagen corporal tan pobre de ella, a través de ejercer su poder.

El poder que ejercía Arturo sobre ella era evidente ante otros ojos, pero por qué no a  los de Rebeca.

La violencia invisible en la pareja es más frecuente de lo que nos imaginamos y es llamada por el autor Luis Bonino Méndez como Micromachismos que son: “Comportamientos invisibles de violencia y dominación, que casi todos los varones realizan cotidianamente en el ámbito de las relaciones de pareja”. En este caso describiremos la violencia que existe del hombre hacia la mujer, aunque tenemos que tener en cuenta de que la mujer también llega a ejercer poder como el hombre.

Los micromachismos, microabusos o microviolencias hacen que el varón atrape de una manera sutil a la mujer y  atenta contra su autonomía si ella no los descubre, lo más impresionante es que en ocasiones pueden pasar años sin poder ver este tipo de violencia. Su principal objetivo es anular a la mujer como sujeto, imponiéndole su propia identidad al servicio del él.

¿Pero qué ganan los hombres con ejercer poder sobre la mujer? Buscan la reafirmación de su identidad masculina, agrandar sus creencias de superioridad que la sociedad les brindó, y una gran necesidad de control, pero sobre todo,  ser el objeto de atención de la mujer y por lo tanto no perderlo.

Palabras como “exageras y estás loca” son expresión que enuncian claramente esta situación, la intimidación “como la mirada, el tono voz,  o la postura” que solo  sirven para atemorizar. El silencio, permanecer en silencio no es solo no poder hablar, sino no sentirse obligado a hablar ni a dar explicaciones, controlando así las reglas del juego y obteniendo un poder silencioso. Las descalificaciones ejercidas a través de gestos como “la cara larga” o palabras como la ridiculización, restar importancia a las opiniones de la mujer. La negación de lo positivo, no reconocer en la mujer sus cualidades, la manipulación emocional, el hipercontrol de sus actividades, tiempo o su propio espacio. La falta de apoyo, habrás escuchado la frase “yo lo hubiera hecho mejor” amenazas de abandono o el abandono real, pedir un tiempo no es más que manipular lo que él decide y así someter a la mujer a sus propios deseos “que te parece si nos tomamos un tiempo” “dos meses y lo pensamos”.

Para los hombres no realizar este tipo de actos ocasiona en él ideas de poder perderla, de que pueda dejarlo en un segundo plano lo que denota sentimientos de inferioridad y baja autoestima así como una gran dependencia a la mujer.

Los efectos de los micromachismos en las mujeres suelen provocar agotamiento emocional o de energía, debido a los sentimientos de derrota e impotencia, deterioro de la autoestima, desmoralización, inseguridad, disminución de la capacidad de pensar, culpabilidad.

Algunos micromachimos son conscientes y otros se realizan de manera oculta, pueden no parecer dañinos e incluso para algunas personas pueden parecer normales. Empezar por visibilizar e identificar los micromachismo es un gran paso para tener relaciones de parejas llevaderas, debería de ser algo gratificante expresar a nuestra pareja lo que sentimos y lo que pensamos.

Referencias

Bonino, L. 1998. “Los Micromachismos”. Buenos Aires: Paidós

Bernard, CHh y Schiafferj.1993. “Dejad a los hombres en paz”. Barcelona. Paidós

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