Recordar.

El pasado no es algo que podamos dejas atrás tan fácil como creemos, y esto es aplicable a muchos aspectos de nuestra vida incluyendo a las relaciones que podemos llegar a tener con diferentes individuos a lo largo de nuestra estadía en este bello planeta. ¿Por qué deberíamos recordar lo que ya pasó? ¿Qué beneficios obtenemos de mantenernos atados a eso?

Por más que lo quieras no puedes dejar de pensar en una persona por siempre y para siempre, eventualmente esa persona a la que tanto estás evitando mentalmente se cruzará por tu mente te guste o no. Muchas veces como criaturas hechas a base de carbono en proceso de oxidación tendemos a creer que lo mejor es dejar todo atrás, nunca más volver a tocar el tema y seguir adelante cambiando nuestro rumbo y sin volvernos un instante hacia atrás, pero lo que realmente necesitamos es una justificación para nuestra ira y miedo.

Yo lo veo de esta forma, si alguien realmente marcó una diferencia en mi vida –o una etapa en ella- esa persona es alguien que  merece ser recordado, sea bueno o malo lo que haya hecho en dicho momento en mi vida ese impacto tuvo sus repercusiones y me ayudó –eventualmente- a ver la vida de una forma diferente llegando a cambiar incluso mi perspectiva ante lo que me rodeaba.

No es que sea masoquista in nada por el estilo –que yo sepa- pero soy una firme creyente de que las cosas nos llegan por algo y todo tiene su razón y la lección que nos brinda es por algo. Hay una frase que me gusta mucho y dice “perdona lo que te lastimó, pero no olvides lo que te enseñó” y no hay nada más cierto que eso en esta vida.

Me alegra saber que hay personas que han pasado por mi vida y eventualmente dejaron algo en ella, historias, lecciones, risas, lágrimas, entre muchas cosas más, porque eso significa que al formar parte de mi historia me ayudaron a dictar capítulos de mi vida añadiendo matices y diferentes colores y sensaciones para hacer aún más única la historia de mi vida, y por eso estoy más que agradecida con ellos y con el universo por haberme dado la oportunidad de que se cruzaran conmigo.

De todas las personas con las que te puedes cruzar en tu vida se te cruza un número indeterminado que igual y ni pensabas llegar a conocer, todos ellos van a formar parte de una serie de extraños eventos desafortunados –ah no, esa es una película- en los que, buenos o malos; eventualmente nos cruzarán por la mente y no tiene nada de malo, de hecho alguien me dijo una vez que los recuerdos son lo que mantienen vivas nuestras vidas… aunque no se trata de obsesionarnos con ellos o nada por el estilo sino más bien de saber darles un lugar especial en nuestros corazones.

No sé ustedes pero a mí me agrada la idea de que las personas me recuerden, es como si una parte de mí se mantuviera siempre viva a pesar del tiempo y las distancias, claro, lo que sí espero es que sean cosas buenas. El ser recordado debe de ser uno de los mayores placeres en esta vida, es saber que hiciste algo bien y que formas una parte especial en la vida de más personas, como si se hubiera podido dejar una huella en cada una de las personas con las que hemos tenido contacto en determinado momento.

Recordar es vivir, no tiene nada de malo querer recordar de vez en cuando. Es más, para mí es un privilegio mantener presente a todas aquellas personas a las que en algún punto traté de olvidar ya que con el tiempo la vida me ha ido brindando la suficiente sabiduría como para saber que no tienen nada de malo recordar –bueno no es mucha sabiduría, pero por algo de empieza.

Es un privilegio poder recordar a aquellas personas que estuvieron con nosotros alrededor de nuestras vidas, no sé ustedes pero yo llegué a la conclusión de que el dejar ir no significa olvidar todo lo que se vivió. Recientemente descubrí que el cariño perdura y que, por ejemplo; el que pensemos en alguien que por x o y no forma parte de nuestras vidas no tiene nada de malo y no significa que sigamos empeñados con la idea de seguir juntos, más bien quiere decir que valió la pena lo que vivimos y que ahora es parte de nosotros.

Au revoir!