Hace unos días tuve la oportunidad de volver a ver “REC”, la famosa película española estilo falso documental que recibió excelentes críticas y se convirtió rápidamente en una de las preferidas de los amantes de las cintas de terror. Es por ello que quise compartir con ustedes estas palabras de cuando fui a verla por primera vez.
Vaya que fue una (agradable) sorpresa la primera vez que vi esta película, lo recuerdo muy bien. Era la ultima función y la sala estaba complemente llena; la expectación generada era demasiada y eso lo pude comprobar por los comentarios al inicio de la cinta, se podía escuchar en la sala preguntas como: ¿De qué tratará la película? ¿Es cierto que está basada en hechos reales?
El largometraje dirigido por Jaume Balagueró y Paco Plaza inicia en un ambiente frío, que no terminaba por resolver las dudas de los espectadores y ese estilo de “grabación” por momentos hacia pensar que lo que estábamos viendo era material 100% real.
La protagonista era Ángela Vidal, una reportera que realizaba, con su camarógrafo Pablo, un programa acerca de los bomberos y su vida nocturna. Al principio se muestran las entrevistas realizadas a los bomberos así como diferentes actividades de los mismos sin que pase nada sobresaliente. Todo cambia cuando suena la alarma repentinamente y el equipo de grabación tiene que trasladarse al lugar de los hechos junto al cuerpo de bomberos. Es aquí cuando la tensión del no saber qué pasa comienza a aumentar. Al llegar a dicho lugar, las cosas empiezan a tornarse raras ya que en la puerta hay una patrulla de policía y los vecinos explican que llamaron a emergencias por los gritos de una señora.
La sensación de peligro que empezaba a provocar la película tiene su “boom” cuando la policía se acerca a la anciana y ésta, en una taque de ira, muerde a un oficial arrancandole un pedazo de carne. En ese momento toda la sala comenzó a gritar dado que la escena fue repentina. El efecto de “falso documental” con una toma hacia la herida que brotaba de sangre incontrolablemente fue otro aspecto que benefició al terror que apenas comenzaba.
Conforme iba avanzado la historia, uno no podía moverse de su asiento, aun puedo visualizar las caras de horror de todos los presentes al ver a los “infectados” persiguiendo a los protagonistas por todo el edificio. Otro aspecto fundamental que contribuyó al éxito de esta película fue que nunca hubo una explicación clara de lo que pasaba al exterior del edificio y, por supuesto, el origen del “virus” que mutaba a las personas en terroríficos zombies come carne.
La parte final de la historia era predecible pero esto en ningún momento quitó el suspenso, al contrario, el saber que algo iba a pasar hacia que uno se tapara la cara y al mismo tiempo abriera los dedos para ver de reojo lo que se proyectaba. Esa combinación de enfermedad con posesión satánica fue un plus que hizo aun más misteriosa la ya espeluznante historia. Sin ser la gran producción, REC logró llevarse criticas positivas y el derecho de convertirse en una saga que, hasta la fecha, sigue recaudando ingresos.
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