Limitless

Constantemente me encuentro en discusiones con las personas cuando me preguntan cuál es mi libro favorito, mi comida favorita, mi color favorito o cualquier cosa que termine en esa palabra. Muchos no entienden mi postura, pero para mí tener favoritos es limitar mis gustos; por qué tengo que elegir un solo libro, un solo color o un solo platillo? Es muy obvio desde la perspectiva en la que veo la vida, pero comprendo que para muchas personas encasillar gustos en la carpeta de favoritos es algo que hacen sin pensar.

Y curiosamente, aunque no tiene mucho que ver con el tema, fue una de estas discusiones que tuve hace poco la que me llevó a razonar la cuestión de los limites, y la revelación que tuve cambió mi forma de ver la vida: los límites no existen, somos nosotros los que los creamos y los imponemos.

Existe un tipo de pensamientos que se llaman pensamientos automáticos: este tipo de pensamientos son autocríticos, negativos e irracionales. Nos bloquean, son las cárceles mentales en las que muchas veces somos metidos.

Estos pensamientos son los responsables de que tengamos altibajos en la autoestima, de que sintamos que no somos capaces o suficientemente hábiles para realizar cualquier acción, los que nos llevan a estar comparando quienes somos, lo que somos y cómo somos con respecto a los demás y que al final acaparan gran parte de nuestro tiempo, de nuestro esfuerzo y de nuestra energía, llevándose con ellos aparte de nuestra libertad, de nuestra felicidad.

Es muy fácil ser víctima de los pensamientos automáticos; todos hemos sido o seremos presa de ellos en más de una ocasión, y si no somos capaces de controlarlos, de escapar, si no añoramos más nuestra libertad sobre el temor que ejercen sobre nosotros, podemos perdernos de vivir en sí. Al ser preso de este tipo de pensamientos, nuestro yo interno se convierte en el reo más peligroso de la prisión interna, y pasamos a ser solo cuerpo, a vivir vacíos y motivados por las preocupaciones que conllevan estos poderosos dictadores.

Es normal tener pensamientos automáticos? Sí. No solo es normal, es perfectamente aceptable tenerlos. Esos pensamientos son lo que se conoce como límites. ¿Por qué? Porque en realidad no fueron establecidos por alguien más que nosotros mismos, y lo más importante (probablemente lo más impresionante también) es que esos límites en realidad no existen porque son el producto de nuestra imaginación.

Tomando el caso de que un pensamiento automático nos lleve a pensar que una persona es mejor que nosotros por contar con ciertas características: ¿Quién dictaminó que verdaderamente era mejor? ¿En dónde está establecido cuáles son las características que te hacen mejor persona que otra? De existir un lugar donde estén establecidas, quien le dio el derecho y la capacidad a quienes lo dictaminaron para hacerlo? ¿Cómo saber que es lo correcto y que no lo es?

Todo es cuestión de perspectiva.

Tratando de contestar a ese tipo de preguntas no solo en este caso sino con cualquier situación con la que nos topemos en la vida y que represente un límite nos daremos cuenta de varias cosas: primero, que no tenemos respuestas lógicas y válidas, y esto sucede porque efectivamente nuestra imaginación fue la que se tomó la tarea de hacernos creer que existían respuestas que en realidad no pueden existir; segundo, que en realidad la vida en sí es cuestión de perspectiva: desde el inicio de los tiempos no ha existido ni existirá un ser que tenga la capacidad para dictaminar que es lo correcto y que no lo es, por lo que somos nosotros mismos los que nos frenamos estableciendo esos límites.

Si la gente se hubiera dado cuenta de esta pequeña pero vital verdad, los estereotipos no existirían y muchos problemas que hoy en día existen podrían ser eliminados; los estereotipos son pensamientos automáticos que en algún momento de la historia fueron pensamientos automáticos en la mente de alguna persona y que se propagaron, convirtiéndose en leyes que en todo momento se siguen más al pie de la letra que cualquier constitución establecida hasta el momento y que regulan el curso de la vida de las personas, estableciendo qué es lo correcto y qué no lo es. Curioso darse cuenta de que los estereotipos, aquellos que seguimos tan rígidamente entonces no sean más que limites falsos producto de la imaginación de alguien más, no?

Pero el ser humano es complejo, y la mente humana lo es aún más, por lo que aun cuando no sea posible erradicar estos problemas de raíz, si es posible tomar el control de la situación.

Debemos estar siempre un paso delante de nuestros límites.

No podemos concebir una vida en la que no exista la presencia de los límites; lo importante es que más que verlos como impedimentos preestablecidos y que a primera vista son barreras que nos impiden avanzar, debemos verlos como metas, porque en el momento en el que logramos superar un límite, es cuando nos damos cuenta de que nuestra capacidad no tiene fronteras, y que el hecho de haber logrado superarlo es prueba de ello, por lo que el momento en el que establezcamos un nuevo límite probará como el inicio de un nuevo reto.

Woman walking on tightrope over cityscape, low section

Cambio y fuera

 

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