Hace algunos días, escribí la entrada Ser fiel a uno mismo con el fin de resaltar la importancia de estar en armonía con nuestros ideales sin importar los escenarios que se nos presenten y en los cuáles podemos poner en riesgo nuestra integridad. Ser congruentes. Porque al final del día el principal activo que tenemos como seres humanos es tenernos a nosotros mismos.
En esta entrada quisiera compartirte lo que sucedió después de esa ocasión en la que escribí la publicación que te mencioné. Resulta que un amigo mío me invitó a un curso con la garantía de que no me iba a arrepentir. Él me decía que podía, en el curso, encontrarme a mi mismo, conocerme a detalle, y reconocer los momentos que fueron formando mi personalidad con la gran posibilidad de corregirme si yo deseaba. Muy tentador. Cabe señalar que me invitó con 3 semanas de anticipación. Acepté con gusto pero sinceramente creí que no lo necesitaría tanto como resultó. Escribí Ser fiel a uno mismo prescisamente porque esa semana me llovío. Me caí. Toqué fondo.
El curso se llama “Decídete y actúa” de una empresa que se llama Proyecta, sin duda fue una de las mejores experiencias de mi vida. poder notar con claridad que, a pesar de que me considero una persona con una inteligencia emocional destacable, estoy hecho de emociones. Positivas y negativas. Más positivas que negativas afortunadamente. Este curso me ayudó a conocerme como nunca pensé que soy. Pero lo mejor fue que me ayudó a perdonar lo que había que perdonar en mi interior, y básicamente sacar emociones negativas de mi alma. Es un curso que se lo recomiendo a cualquier persona que tenga interés en ayudarse a si mismo. En Febrero habrá otro curso.
Cuando tenemos que tomar decisiones, siempre he creído que en la vida hay decisiones cruciales y decisiones rutinarias. En las primeras no se sabe con exactitud si se tomó la decisión adecuada, a diferencia de las segundas, que son obvias, sencillas, frecuentes, por eso son rutinarias. Con las que son cruciales hay algo interesante: suelen ser las que marcan nuestro rumbo. Cuando la decisión crucial es arriesgada se debe ser firme, el tiempo explicará si fue correcta, de lo contrario se deben asumir las responsabilidades correspondientes. Independientemente del resultado creo que no hay mejor placer que asumir con entusiasmo el control de tus decisiones y por ende el control de tu vida. Dice Freud que es en la melancolía donde las personas se pueden observar mejor a si mismas, lo mejor que podemos hacer es prestar atención a esos momentos, ahí esta la clave. Después de esto, las aguas se calmarán, y verás claramente el panorama.
Lo que te quiero decir es que para poder Ser fiel a ti mismo debes conocer como son tus emociones, canalizar las que son negativas en energía positiva. Una vez que logras conocerlas, será más fácil ser congruente con tus principios. He decidido tomar una decisión fundamentada en mis principios con un claro entendimiento de mis emociones, ahora se qué es lo que quiero y qué es lo mejor para mi, como lo comenté en mi entrada anterior, podré perderme de algunas cosas o ganarme la desaprobación de unas personas, pero no encuentro mejor camino que seguir confiando en mi mismo, y en mis principios.
Es natural que te invada el temor o la alegría. El mejor consejo que te puedo dar es que sigas lo que a ti te mueva. Queda prohibido no escribir tu propia historia. No es fácil, aclaro, pero no conozco aún mejor placer que conquistarse a sí mismo.
Rudy Marín
