Daft Punk memories

Si hay algo que Guy-Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter saben manejar, además de las pistas, es la información y las expectativas que giran en torno a su música. Entre brumas de noticias falsas, adelantos de escasos segundos, anuncios y rumores, la maquinaria del hype funciona a todo gas cuando se trata de los franceses; tras ocho años sin material discográfico, solo hemos podido catar su banda sonora para Tron: Legacy, donde confirmamos que sabían desenvolverse en el terreno cinematográfico y más orquestal (o controlado por Disney). Con solo tres discos a sus espaldas, Daft Punk abandonaban Virgin para fichar con Columbia-Sony, con la correspondiente campaña de marketing funcionando a pleno rendimiento desde hace unos meses. No hemos tenido noticias suyas en años, pero eso no ha evitado que un amplio número de fans “around the world” hayan creado unas expectativas gigantescas alrededor de la idea de un nuevo álbum del dúo. Solo han lanzado tres discos, pero lo hicieron en el momento adecuado. Ahora no podemos evitar saltar como quinceañeras hormonadas.

Francia se convertía, por derecho propio, en la prescripción europea de la música de masas. Cuando en nuestro país vecino se unen un par de tipos con máquinas, pasan a la historia. Air, Daft Punk y Justice en los primeros años, y más adelante surgían M83 de la mano de Anthony González y Nicolás Fromageau. Quizá por su excepcional respeto por el ámbito cultural de su país, Francia hacía las veces de catalizador de una sensación electrónica cada vez más frecuente. Nos atrevemos a decir, incluso, que a raíz de la aparición de Daft Punk a finales de los noventa, toda esa generación de niños que creció con el nu-metal de Linkin Park, el momento mainstream del trip-hop, del grunge más tardío y, por qué no, del petardeo de Britney Spears, descubrían un nuevo sonido, más arraigado a su universo nativo digital que pertenecía a su propia época. Parece lógico que la evolución correspondiente tras Kraftwerk, los Chemical Brothers o Fatboy Slim fuera un compendio de máquinas, experimentos con cajas de ritmos y sintetizadores más masticables y discotequeros. Estos iconos pop supusieron un cruce de caminos, una ruptura del mercado que, en 1997, entraba a múltiples hogares en forma de mil géneros y referencias que se ganaban a todos los públicos. “Mamá, no me gusta la electrónica, pero Daft Punk sí.”

La consagración de Daft Punk se escribía con letras de oro tras Discovery, al igual que lo hacían Air con Moon Safari. Desde el preciso momento en el que sentimos que el sonido de Daft Punk nos pertenecía porque era un género propio que surgía de nuestras necesidades culturales, no nos hemos podido separar del dúo francés. ¿Por qué? Porque queremos volver a sentirnos en órbita con nuestro yo del pasado. Queremos ver si Daft Punk han atendido a unas nuevas necesidades o si, al menos, pueden seguir cayendo en una pista de baile como peces en el agua, como el matrimonio futurista ideal. Si Orbital sabían adaptarse a los nuevos tiempos introduciendo ligeros toques actuales en su Wonky y manteniendo su estilo sin marcarse un álbum redondo, lo que esperamos de Daft Punk es una liberación. Si los franceses excéntricos no nos salvan del tedio, no hay esperanza para nosotros.

Su maquinaria del hype está preparando la Segunda Venida de Homem-Christo, y hace unos días se confirmaba el título del disco, Random Access Memories (RAM), que saldrá a la venta el 21 de mayo. Contará con 13 cortes que rondarán los 75 minutos en total y aún no conocemos los títulos, pero si hemos firmado una cláusula de secretismo y trajes robot, tendremos que ser legales hasta las últimas consecuencias. ¿Las colaboraciones? Nile Rodgers, Paul Williams, Chilly Gonzales, Nathan East, Panda Bear, Giorgio Moroder… Podemos esperar un estilo funk, retro, ochentero e incluso algún corte jazzero. O no. Yo qué sé. Eso es lo mejor.

Definitivamente, Daft Punk y Queens Of The Stone Age confirman 2013 como el año del hype y las colaboraciones de calidad. Los segundos titulaban a su nuevo álbum, seis años después de Era Vulgaris, Like Clockwork, y contará con Alex Turner, Dave Grohl, Trent Reznor, Elton John, Jake Shears, Mark Lanegan, Nick Oliveri y James Lavelle, el hombre detrás de UNKLE. Seguramente, entre los dos discos, estará colaborando toda la industria de la música. Nos parece bien, siempre y cuando al menos uno de los dos álbumes nos permita seguir creyendo en la vida. Esto puede ser un desastre o una maravilla.

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