Museo

Gran parte de la premiada Museo posee una belleza visual y una banda sonora profunda e impactante. Trama ubicada en una época que marcó al país de México (1985) nos cuenta la historia de dos jóvenes: Juan Nuñez (Gael García Bernal) y Benjamín Wilson (Leonardo Ortizgris) quienes llevan varios años graduados de la carrera de veterinaria sin poder culminarla. Ven sus vidas pasar en ciudad Satélite (un lugar en el Estado de México, de clase media). Uno, convenciéndose a sí mismo que la vida tiene más por brindarle que un simple día monótono y repetitivo, el otro intentando convencerse de lo mismo por inspiración del primero.

Juan se comporta ante su familia de una forma rebelde y antipática, vive seguro de que no solo quienes le rodean, sino la sociedad entera viven influenciados por falsos orgullos sociales y económicos, faltos de ideales. Todo esto le trae bastantes problemas y discusiones con su familia, conforme se va acercando la Navidad.

Por otro lado, Wilson es un personaje reservado y tímido que vive con su padre enfermo, pareciendo que su único amigo es Juan.

Mientras sus familias desconocen sus planes, ellos se preparan para lo que Juan llama “La cosa más importante y chingona de sus vidas”. Wilson  “le hace segunda” casi siempre resistiéndose, pero cediendo al final a todo lo que le proponga. Es así como idean el plan de robar el Museo de antropología de la ciudad de México.

La forma en la que ejecutan el plan para robar varias piezas y objetos sagrados de la civilización maya, (entre ellas la máscara mortuoria perteneciente al antiguo gobernante Pakal) hoy en día suena inverosímil pero en aquella época se trató de un acto enorme de audacia. Fue un robo que sucedió en la vida real en el que se basa la historia de esta película, igualmente realizado por dos jóvenes de los que ni siquiera se sospechaba.

El desarrollo de la trama llega realmente a  formas interesantes con la serie de acontecimientos que siguen después de cometido el robo. Nuestros dos protagonistas emprenden un viaje incierto y pretenden vender su botín al mejor postor, sin saber que será más difícil de lo que creen. Dicho viaje los hace reflexionar y cuestionarse sobre del valor verdadero de las piezas históricas; incluso pone a prueba su propia amistad.

Hay personajes interesantes en la historia:

Tenemos al padre de Juan, el Dr Nuñez (Alfredo Castro) quien es un médico respetable, en apariencia intachable, el cual se muestra preocupado y hasta cierto punto estricto con su hijo, del cual piensa no tiene un futuro firme y seguro para la vida.

Tenemos a la madre de Juan, la señora Nuñez (Lisa Owen) preocupada por el comportamiento antisocial de su hijo pero erróneamente compensándolo con el amor que le tiene.  Fuera de esto, no se nos muestra más del personaje.

Están las hermanas de Juan: Silvia (Ilse Salas) quien convive más con él, peleando por tonterías, repudiándole (al igual que su padre) su comportamiento ante los demás. Gemma (Lynn Gilmartin) quien ya ha formado su propia familia y es menos tolerante con las acciones de su hermano. Extrañamente, parece que con los únicos que se lleva de maravilla Juan es con sus sobrinos.

Destacan también personajes como el tío de Juan, quien parece ser la persona  que intenta comprender como se siente el joven, mostrando interés en platicar o tratando de unirlo a las pláticas familiares.

Por ultimo tenemos al padre de Wilson, quien permanece incapacitado, sentado en el sillón de su casa en un estado delicado de salud. Con un Wilson dudando aún más ante las propuestas de su amigo.

Hablar de todo lo que sucede  y los personajes que desfilan a lo largo de los 128 minutos en esta, la segunda película del director  Alonso Ruizpalacios, arruinaría parte de la magia presente en ella.

En lo personal, veo el resultado de este trabajo como una propuesta que pretende poner frente al espectador todos esos pensamientos contradictorios que tenemos los mexicanos sobre nuestra historia y cultura. En específico, el dilema de vender lo robado hace a los protagonistas reflexionar el porqué es importante valorar los vestigios de nuestras civilizaciones. De paso, el discurso es narrado de una forma natural, humana y no forzada, sin caer en la exageración, mostrando las ambiciones, miedos e imperfecciones de los personajes involucrados.

Sin embargo, me costó adaptarme a la forma de narrar propuesta por el director. Por momentos me parecía pesada y lenta la forma como avanzaba la historia, otras me confundía con los dialectos y diálogos en inglés. Respecto a los personajes principales, me habría gustado se hubiese profundizado más en sus motivaciones y formas de ser (igual y la idea de Ruizpalacios era precisamente no ahondar  demasiado en ello para expresar el mensaje que tenía en mente).

La asombrosa banda sonora es autoría de Tomás Barreiro y actualmente esta película se encuentra proyectada en  muy pocos cines, pero está próxima a estrenarse en la plataforma de servicio streaming de youtube.

En conclusión: nos encontramos ante una película sobresaliente entre lo que se ofrece actualmente en el cine mexicano, por encima de historias pobres y menos elaboradas que sólo tienen fines comerciales en los últimos años.

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