Orgánica, sonora y subyacente: la fotografía de Brenda Álvarez

Febrero, 2018

Cristina García Rodero, fotógrafa española, alguna vez dijo que «la fotografía es una lucha. El enemigo es el tiempo y vences cuando consigues congelarlo en el momento adecuado»; en ese sentido, la fotografía, específicamente la que es construida por mujeres, se enfrenta al enemigo del tiempo a la par en que tiene que lidiar con las densidades de la existencia que no son ajenas a la funcionalidad sistémica que las oprime.

Adagio Ma Non Troppo: Brenda en autorretratos que nos remiten directamente al legado de Francesca Woodman. Brenda en autorretratos biológicos, en blanco y negro, que definitivamente evanescen, como los de Woodman. Autoexploración del cuerpo y la mirada, por medio de un instante que habla no solo de lo visual, sino también de estímulos y sensaciones en cada detalle.

Adagio Ma Non Troppo. Febrero, 2018.
Adagio Ma Non Troppo. Febrero, 2018.

Brenda Álvez, artista visual de la Ciudad de México, es feminista y fotógrafa que se ha dedicado a estudiar las formas del cuerpo y las posibilidades de crear paisajes con él:

Todo lo que capturo tiende a convertirse en paisaje y eventualmente manifestar su naturaleza poética. Respecto al cuerpo de las mujeres tengo intenciones de reivindicar sus significados, crear otras formas de percibirlo, alejarme de las apreciaciones masculinas y definir mi visión de las mujeres siendo yo una, porque somos nosotras las que debemos hablar de nuestros cuerpos, nosotras nos habitamos y nos exploramos, nos descubrimos.

La misma Woodman, junto a Manuel Álvarez Bravo, Graciela Iturbide y Flor Garduño, son el y las autoras con mayor influencia sobre el trabajo visual de Brenda, a quienes describe como artistas que «hacían de la realidad un sueño, un poema, materializaron su propio andar y fueron testigos de sus propias vidas a través de la cámara». Y es que, como aprendí en las clases de Arte Contemporáneo: el arte es un enemigo natural de los límites.

Teotihuacán. Junio, 2018.

Es, a través de la narrativa de Brenda, que se hace evidente la gran conciencia que tiene sobre la luz y la composición en sus fotografías. Pareciera, indudablemente, que en cada una de ellas se guiara con Duane Michals como premisa: «las fotografías deberían ser provocadoras y no contarte lo que tú ya conoces». Brenda define a su trabajo como algo orgánico, sonoro y subyacente.

Teotihuacán es parte también de la obra de la artista visual en donde, al parecer, nos narra, al mismo estilo de Duane Michals, que el paisaje es la presencia humana y entonces podríamos entender el «yo no puedo ser sin lo otro». Para ella, su objetivo como artista visual es el de construir sus propios imaginarios y vivir atenta a lo que los distintos mundos quieren expresar:

 

Quiero que mi obra sea una plataforma para que las personas observen y entiendan el habitar poético, quiero que rompa los límites que obstaculizan el panorama infinito de la realidad, que lo invisible salga a la luz.

Teotihuacán. Junio, 2018

No obstante, hacer fotografía siendo mujer reincide en un contexto que imposibilita el libre flujo participativo teniendo como referente, histórica, biológica y culturalmente, al ente masculino. Brenda narra que siempre se encuentra con personas que dudan de la autoría de sus imágenes y que se hace presente la desconfianza hacia ella, tanto por sus capacidades técnicas y artísticas, como del valor de su práctica y sus alcances, a pesar de que ha edificado composiciones visuales sumamente atractivas y que simularían hacer un roce con nuestra piel.

Desde hace un tiempo, Brenda había tuiteado sobre sus ganas de organizar un coloquio para mujeres que se dedican a la fotografía. Hace unas semanas abrió la convocatoria y, más tarde, comenzó a difundir el evento en donde habrán charlas, exposiciones y un bazar el próximo sábado 18 de agosto. En un entorno en donde al arte puede ser elitista, a Brenda le inspiró el hecho de que, sin fama ni prestigio, sus ideas también son válidas y enriquecen a la evolución de la fotografía:

Después de asistir a muchas conferencias, de escuchar una y otra vez las ideas que dominan la práctica y la teoría fotográfica, de conocer a personalidades con años de experiencia y trayectoria profesional, se me ocurrió que yo también puedo expresar mis ideas sobre la fotografía, puesto que yo hago fotografía, yo la vivo. Después pensé que hay muchas como yo y así nació la idea.

Coloquio Mujeres Fotógrafas

Precisamente, más allá de la élite artística, para las mujeres fotógrafas la difusión de su trabajo muchas veces puede verse segregado por la apatía y la discriminación. Ya observamos a los photographers solicitando de «modelos a chicas lindas» y estereotipando la función de las mujeres en la fotografía a partir de la cosificación. Brenda señala que son los hombres quienes tienen más oportunidad de reconocimiento y que ellos mismos denominan la escena artística:

Las mujeres seguimos siendo musas, se nos convoca para ser modelos o asistentes de bajo rango, se cree que somos más aptas para la producción y nuestra opinión no es solicitada. He vivido muchas situaciones de discriminación por querer ser la que manipula la cámara, la que desea dirigir y delegar actividades. Todavía es incómodo que una mujer quiera ser la fotógrafa y aspire al reconocimiento o la fama.

El objetivo del Coloquio Mujeres Fotógrafas, es que las mujeres que asistan y participen puedan crear por sí mismas un espacio donde sus voces, sus ideas, sus experiencias y sus análisis sean escuchados y aprehendidos, así como que su trabajo puede ser tomado con seriedad. Las dificultades de las mujeres fotógrafas de las que Brenda ha sido testigo son universales y, en el mismo entorno, este tipo de eventos tiene un público muy limitado, mientras que las galerías de los museos muchas veces sobrepasan el cupo contemplado, y que para Carne y Arena de Iñárritu, la demanda era altísima. Pero Brenda considera que esto puede ser visibilizado a través del mismo coloquio:

Con esta primer edición del coloquio pude notar que hay muchas mujeres deseando ocupar un lugar en el arte, deseando sentirse artistas, hallar por fin un lugar que las acepte. Entre más mujeres seamos, más personas habrá para escucharnos y aprender de nosotras. Espero que el coloquio detone en otras fotógrafas y artistas la idea de que sí hay espacio para nosotras y que si no lo encontramos somos capaces de crearlo. Espero con esto más mujeres se atrevan a nombrarse a sí mismas artistas, fotógrafas, espero todos esos sentimientos de inferioridad e insuficiencia sean eliminados de nuestras mentes para así sólo concentrarnos en crear.

“Ni una más”. Septiembre, 2017.

Sin embargo, las posibilidades del Coloquio Mujeres Fotógrafas no se limitan al desarrollo de los espacios sino que, además, puede convertirse en un atinente visual entre las exposiciones, las charlas y el bazar. Aunque de la organización del evento han surgido tanto dificultades como oportunidades en expectativa:

Encontrar un lugar apto para su realización fue la parte más difícil. Muchos sólo me dieron el avión y no hicieron caso a mi propuesta. La parte más difícil ha sido plantear el proyecto como algo completamente serio y definido. Por suerte las personas que me están ayudando están conscientes de que nada de esto es un juego y representa una oportunidad para cambiar nuestra realidad.

 El Coloquio Mujeres Fotógrafas ha sido difundido por diferentes medios de comunicación; lo que Brenda desea es que esas oportunidades lleguen a las demás, a las participantes. Así, el coloquio, que se llevará a cabo el próximo sábado 18 de agosto, a las 2 p.m. en Santa María La Ribera No. 84 en la Ciudad de México, podrá significar un lugar de tiempo y superficie que hará plausible la visibilidad de las mujeres que realizan fotografía.

Coloquio Mujeres Fotógrafas

En un principio, cuando Brenda comenzó a tomar fotografías, no tardó mucho en saber que a través de las imágenes podía mostrar la forma en que veía al mundo:

De pronto todas esas ideas que flotaban a mi alrededor se podían capturar y moldear. Me atrapó el lenguaje visual y encontré ahí un modo para comprender el mundo y comprenderme a mí, conocerme a mí.

 Así, Brenda Álvarez ha logrado hacer imágenes para que sintamos con el intelecto, con la razón y con la facultad imaginativa. Mejor lo diría Cristina García Rodero: «la fotografía es una lucha. El enemigo es el tiempo y vences cuando consigues congelarlo en el momento adecuado».

 

“Capitolio”. Agosto, 2017.
Oventic, Chiapas. Agosto, 2017.
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