No somos “tan raros”: Mozart and the whale

-Estará internada, necesita terapia

-Ella no está loca

-Necesita que la escuchen

-Yo puedo escucharla, soy bueno escuchando

Antes de comenzar esta reseña, quiero mencionar que soy una chica que vive con una condición llamada síndrome de Asperger,  y no, no me veo como Sheldon Cooper, no soy una genio, mi IQ está en el rango promedio. Tampoco soy insensible, tengo emociones, lo que me diferencia de ustedes, los “neurotípicos”, es que no sé identificar con facilidad el contexto adecuado para expresarlas, en pocas palabras, los “aspi” no nos relacionamos igual que la gente común, no es que no nos guste hacer amigos, no sabemos como interactuar socialmente, por ello intentamos copiar los patrones sociales que ustedes utilizan.

El síndrome como tal se descubrió en los “90’s”, ya que el término es relativamente nuevo aún hay mucha desinformación sobre el tema, todavía hay especialistas dando diagnósticos incorrectos, hace poco leí una nota sobre una adolescente que estuvo a punto de suicidarse porque le habían detectado dismorfía de género, cuando en realidad tenía el síndrome de Asperger.

Para ser honesta, yo no creía tener el síndrome porque no me sentía identificada con todas las características que lo definían ni con las personas que lo tenían, en mi caso mi psiquiatra me había detectado una posible esquizofrenia, debido a una crisis emocional derivada de una depresión que sufrí por el estrés y la ansiedad que ocasionaba mi condición aspi. Sin embargo, agradezco que cada vez más, la industria cinematográfica se enfoque en realizar filmes que informen sobre está condición.

Soy una persona que disfruta de ver comedias románticas , y una de las tantas frases que me han marcado fue aquella que escuché en 500 days with summer 

Que a una chica linda le guste la misma basura que a tí, no significa que sea tu alma gemela

Sé que no soy la única que ha pensado haber encontrado a su alma gemela, no porque a esa persona le gusten las mismas cosas que a uno, si no porque de alguna manera te sientes identificado porque comparte características similares a las tuyas. De esa premisa parte esta reseña.

Mozart y la ballena es una película inspirada en  la historia real de Jerry Newport y Mary Meinel, ambos con Síndrome de Asperger. Jerry Newport decía

Si algo hay que yo no he tenido nunca es gracia natural. Supongo que eso es parte de mí y que siempre he sentido que me faltaba, y que todo el mundo que me rodeaba parecía tener, ese sentido natural de saber cuándo tenía que hablar y lo que tenía que decir

La cinta nos muestra a Donald (Josh Hartnett), un taxista asperger obsesionado con los números, quien forma un grupo de personas con discapacidades parecidas a la suya para apoyarse los unos a los otros. Un día se incorpora al grupo una persona nueva: Isabelle (Radha Mitchell), quien a diferencia de los demás, es una chica aparentemente “normal”, con la cuál Donald se siente un tanto identificado y de la cual se enamora. La película proyecta la serie de dificultades por las que pasa su relación debido a la condición de ambos.

El título de la película hace referencia a los disfraces que se ponen la noche de Halloween: Donald se viste de ballena, e Isabelle de Mozart.

Este filme sin duda, se ha vuelto uno de mis favoritos, pues no estereotipa al Asperger, lo muestra en sus distintos niveles. Donald pareciera ser una persona “normal” a diferencia de los demás miembros del grupo, no obstante, es un chico muy inseguro, incapaz de ver a los ojos y poco expresivo, ante los neurotípicos, es percibido como “raro”. Por otra parte Isabelle, es una chica extrovertida, aparentemente sociable, sin dificultad de expresarse emocionalmente, sin embargo, su espontaneidad asusta a la gente quienes la perciben como “loca”, sufre contantes crisis emocionales. Ambos muestran conductas muy inmaduras a pesar de ser adultos.

Una frase que vale la pena rescatar de esta película, es aquella mencionada por el personaje de Bronwin

No escondamos a los autistas bajo una piedra, todos sufrimos de problemas al comunicarnos, unos más otros menos.

¿Podrá sobrevivir la relación de Isabelle y Donald? ¡No dejes de perderte está cinta! 😉

 

 

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