Una comedia que se pierde y nunca hay una coherencia entre los actos. Más pena que gloria.
La comedia es una género difícil y en los últimos años producciones como “¿Qué Pasó Ayer?” han marcado una tendencia sobre las situaciones y los “chistes” que se deben aplicar para lograr una comedia. Esto es de gustos y como dije en mi anterior reseña, seguramente hay un público que disfruta de este tipo de contenidos. El problema es cuando los chistes se vuelven repetitivos y las situaciones son incomodas; se notan escenas muy forzadas y otras sólo sirven de relleno.
Todo ello resulta en un producto extraño, como si juntaran diferentes sketches y trataran de que tuviera una lógica y secuencia lo cual, por momentos, no lo logra. Esta historia nos presenta a un par de hermanos (Zac Efron y Adam Devine) quienes son un problema para su familia debido a su mal comportamiento. Cuando llega la boda de su hermano, ambos son amenazados por sus padres para que consigan una pareja decente y no causar conflictos. A partir de aquí es cuando conocen a unas amigas interpretadas por Anna Kendrick y Aubrey Plaza las cuales fingirán tener una vida que no tienen sólo para conseguir unas vacaciones en Hawaii, lugar donde será la boda.
Es en este momento donde observamos la típica historia de los personajes que aparenten ser algo para después ser descubierto y al final, con la ayuda de los protagonistas, cambiar. Las situaciones o momentos graciosos son repetitivos, escenas absurdas con personajes muy acartonados y totalmente planos. Nunca hay un problema en realidad y aunque se quiere hacernos creer que existe en verdad sólo es un pretexto para desencadenar una comedia simple y con gags reciclados.
Poco que decir de esta “comedia”; no pasa nada si la evitas.
