El remake de Ben-Hur es una película innecesaria que nadie pidió y seguramente pocos recordarán.
El tema de los remakes y de los reboots es muy polémico, pueden existir películas a las cuales se les haya hecho una versión o bien, reiniciar su saga. Géneros como el terror o la ciencia ficción son muy propensos a esto. Pero ¿Qué sucede cuando se “toca” una cinta de culto? ¿Una película que es la máxima ganadora de premios de la Academia? La respuesta es simple: Nada bueno.
Cuando se habla de Ben-Hur se habla de la película con más trascendencia del siglo pasado, una joya cinematográfica que no tiene fecha de caducidad. Nadie debería atreverse a “cambiar” o “modificarla”, es perfecta tal y como es. Lamentablemente esto no sucede y 2016 llega este pésimo intento de contar la historia de Ben-Hur.
Estoy sorprendido de las opiniones que tratan de defender a esta nueva versión, nos dicen que “hay más acción” y “menos religión”, como si eso hiciera a la película de 1959 aburrida o de poco valor. Hay que recordarles, a quienes dicen esto, que la película de Charlton Heston fue una de las más caras en su tiempo y no digo que por serlo es mejor sino que ese dinero fue invertido en crear una super producción inimaginable para la época. Todo fue hecho para hacer de este largometraje uno de los representantes máximos del cine épico.
Pasando a la película, realmente hay poco que decir. Desde mi punto de vista las actuaciones no son de resaltar y difícilmente conectas con el protagonista. En ningún momento sientes que la batalla entre la venganza y la paz lleve al extremo a Ben-Hur. Quisieron resaltar tanto que esta película podía hacer lo que la otra en menos tiempo que algunas partes están cortadas o bien pasan de un día a otro sin más sentido. Hay escenas que no tienen nada que ver con la historia y resulta difícil conectarlas con el resto.
Los efectos especiales dejan mucho que desear y eso que estamos en 2016. Ningún escenario parece real y eso se nota desde el principio. El uso excesivo de la computadora termina por aburrir y quitar emoción. En cuanto a la acción no pasa de ser una cinta mediana que si bien todos hablan de la escena de los carruajes pueden estar en lo correcto pero fuera de ahí nunca hay algo que nos lleve al límite. Las escenas en el mar también son cortas y nunca se siente un peligro real.
No hay mucho que decir, una pésima idea mal ejecutada. Una más a lista de películas innecesarias. Sin duda, la versión hecha por el señor Burns la supera.
