Jack London, enaltecedor del espíritu animal.

Para muchos amantes de la naturaleza, siempre resultarán fascinantes las formas de vida de los seres que comparten la tierra con la humanidad, y más el imaginar sentirse encarnado en uno de ellos con sus espíritus libres, salvajes e indomables. Son muchas las especies animales esparcidas por el planeta, pero sin duda, las más atractivas son aquellas que dominan la cadena alimenticia. Majestuoso ejemplo de ello son los lobos, quienes han sido, lo mismo protagonistas que antagonistas de las más grandes fabulas, historias cortas y novelas de la literatura desde tiempos remotos, ya sea de una forma fantástica o realista. Uno de los autores que más enalteció el espíritu inquebrantable de estos seres fue Jack London.

London de niño, estudiando (1886)

 

Nacido en San Francisco, California, Estados Unidos, un 12 de Enero de 1876, su vida entera fue un cúmulo de experiencias. Su gusto por la literatura lo llevo a educarse prácticamente de una forma autodidacta. A muy temprana edad comenzó a trabajar y con el tiempo fue teniendo los más variados oficios: obrero, ostrero, marinero, vagabundo, cazador y buscador de oro en el ártico hasta llegar a convertirse en uno de los escritores más importantes de su época.

Sus novelas y escritos abarcaron diferentes temáticas, en su mayoría de aventuras acercándose a los movimientos literarios como el Naturalismo y el Realismo, con temas acerca de la sociedad y sus valores dejándose ver entre las historias. Dos de sus obras son recordadas por un tema en común: los animales.

London a los nueve años con su perro Rollo (1885)

Las novelas: La llamada de lo Salvaje (The Call of the Wild) publicada en 1903 y Colmillo Blanco (White Fang) de 1906, se complementan una a otra. En ellas se narra la vida y aventuras de dos caninos: Buck y Colmillo Blanco, respectivamente

En cada historia se plantea la vida animal desde dos perspectivas: el camino hacia la vida salvaje y el camino hacia la domesticación. En ambas obras London ubica a los personajes principales en lugares y eventos que fueron parte decisiva de su vida, desde los helados paisajes del Yukón en Canadá hasta los dorados escenarios de California en Estados Unidos.

Portada de The call of the wild (1903)

El llamado de lo Salvaje nos cuenta la tranquila vida del orgulloso Buck (un perro doméstico, cruza de san Bernardo con Pastor Escoces) acostumbrado a los lujos y beneficios de la civilización, la cual da un giro inesperado cuando es robado por un sirviente de la finca donde vive para poco después ser vendido y encaminando con extrema crueldad a servir como perro de trineo en Canadá, durante la fiebre del oro de Klondike. Debido a estas circunstancias, Buck deberá enfrentar peligros de los que solo puede sobrevivir dejando emanar sus instintos más primitivos, para terminar encontrándose a sí mismo en todo ese ambiente.

Ilustraciones para The Call of the Wild por Philip R. Goodwin (1903)

 

Portada de White Fang (1906)

Colmillo Blanco nos lleva a conocer la vida de un ser extraordinario, cruza de perro domesticado con lobo gris. Narrada desde las vísperas de su concepción en las heladas tierras árticas, sus primeros pasos en la peligrosa vida salvaje que le van endureciendo el carácter, hasta llegar a la edad adulta. Se describe con detalle, conforme avanza la trama, como llega al tope de su salvaje instinto debido a la crueldad con que es tratado por los humanos, para después, camino hacia la domesticación, encontrar un equilibrio entre la libertad de su espíritu y la lealtad hacia el hombre, en la civilización.

Ilustración para White Fang, por Marisa Martin (2008)

Las dos novelas guardan similitudes y diferencias marcadas que hacen al lector compararlas en varios puntos. En ellas London narra con detalle cada momento de la vida de estos nobles seres vivos, tanto, que en más de una ocasión logra transmitir todo el dolor o dicha por los que pasan los canes. También se deja claro que desea denunciar la crueldad con que el hombre suele actuar al sentirse con derecho a manipular a su antojo la vida animal. Hay muchas descripciones bellas y a la vez brutales, siempre sobresaliendo el espíritu de lucha que poseen estas especies que parecen no rendirse ante la adversidad por mero instinto de supervivencia y amor a la vida.

Los personajes y paisajes que describe London en estas obras vienen acompañados de descripciones detalladas, fluidas, llenas de acción e incluso violencia, causando gran impacto conforme se leen, tanto que se volvieron clásicos de la literatura, trascendieron a medios como el cine, la televisión y la animación en todo el mundo, permaneciendo hoy en día tan vivos como en su época, a pesar de tener más de 100 años de haber salido a la luz.

Jack London, fotografía por Bettmann / Corbis

Excelente narrador que se distinguió por trasfondos y reflexiones sociales en sus escritos, autor de interesantes obras como El Lobo de Mar (The Sea-Wolf), El Talon de Hierro (The Iron Heel), Martin Eden o El Vagabundo de las Estrellas (The Star Rover) llevó una vida de aventurero indomable (incluso llegó a ser corresponsal de guerra), en lo personal tuvo támbien altibajos que le marcaron. Existen teorías y leyendas alrededor de la figura, e incluso de la muerte de este escritor (un supuesto suicidio), quien falleció el 22 de Noviembre de 1916, a la edad de 40 años en Glenn Ellen, California, Estados Unidos. La obra de este autor de principios del siglo XX, aun hoy en día no pasa desapercibida debido a su singular estilo.

 

Fuente imagenes: jacklondonpark.com, wikisource.org, behance.net/Kakofonia, penguinrandomhouse.com/book.

 

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