Sobre R.E.M. y yo

Sólo se puede escribir de R.E.M. desde la perspectiva personal; notas, datos biográficos, efemérides, curiosidades, etc., se encuentran todas en la red, así que, ¿para qué distraerlos con eso mismo, no?

Escribir desde la perspectiva personal sobre R.E.M. también puede resultar un ejercicio de introspección propia, de allanar memorias, nostalgias tatuadas, celebraciones, admiración. Un non plus ultra para quienes fanáticos somos de la agrupación de Georgia.

Foto tomada de http://rokpool.com/content/rem
Y pues, de manera personal, yo los conocí por allá de 1989, tal vez ’88, no lo recuerdo con precisión; cursaba la secundaria, una gran época musical, mucha música, mucho movimiento. La primer rola que escuché fue “The one I love” y mi simpatía no dudo, sabía que tenía a mi lado un cómplice que me daría mucha leña para lo que se aproximaba en el camino.
En aquél tiempo resultaba casi dantesco conseguir material, fuera del tianguis del Chopo y del Mixup de Genova (¿ya estaba por aquél entonces? si, ¿no?) era complicado armarse del material que uno quería, más aún si era alternativo o cosas así “raras”, claro, por aquél entonces, habíamos muchos hambrientos, sí, pero al menos a mí me resultaba bien complicado.
Total que conseguí el Green; hasta varios años después por medio de un buen amigo, tuve acceso a mucho más material de la banda, de la época I.R.S.
El Green fue para mí una verdadera bendición. Michael Stipe tenía la facultad precisa para enajenar a quien lo escuchaba, o al menos esa impresión dejó en mí. Siempre, no había falla, siempre que elegía escucharlo encontraba algo nuevo en su interpretación; era como un hechizo.
R.E.M. se erigió muy rápido en todo lo que yo soñara en aquel tiempo: independencia, cultura, vanguardia, originalidad. Sus letras han sido uno de los atractivos más importantes para mí. Muy cuidadas, como artesanía, no sé, me dejaban siempre ilusionado con algún día escribir algo así por mi cuenta, obvio, inspiración total.
Hoy que hace ya tiempo que dejaron de presentarse y trabajar como agrupación, hago una retrospectiva del significado de la banda en mis andanzas, ya saben, aromas, tropiezos, lluvias, maromas… Algo que siempre es una realidad conformada por instantes que se cruzan en la memoria sin un orden preciso, sin cronología ortodoxa y que permiten que cada relación entre vida y circunstancia se mezclen con amplia virtud en el línea de tiempo propia.
Escribir de R.E.M. no puede hacerse desde la perspectiva personal, es una falacia, pues, ¿qué diantres podría uno decir respecto a quien no puede más que agradecer por tanta inspiración?
Trato de señalar con pureza las emociones que desenmascararon cada centímetro de mi fiereza, bondad, bandalismo, corrupción, belleza, sensibilidad, etcétera. Trato de aguantar el torrente sanguíneo ante la nostalgia de una banda que ocupe su espacio, que brinde oxígeno ante una opacidad en donde el ayer es más que memoria, es más que epidermis, más que ruptura con una juventud que se ha ido y que en su lugar ha dejado una huella invaluable de la cruda realidad que nos acaece hoy. Lo intento, honestamente, lo intento subrayar.
Y a ustedes, ¿qué sensaciones, momentos, movimientos, sentimientos, les provoca escuchar las siglas R.E.M.?
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