Con el paso del tiempo me he ido dando cuenta de algo muy curioso: por más que una persona diga que no espera nada a cambio sí lo hace, es algo que nos pasa a todos sin excepción alguna. Me di cuenta de esto el otro día que estaba hablando con una amiga de cómo podemos desilusionarnos más rápido de lo que nos ilusionan y todo nos llevó a la misma conclusión, que siempre esperamos más de lo que estamos conscientes.
Pero pues no es nada del otro mundo, es parte del ser humano el tener esperanzas, algo de qué aferrarse para poder sobrevivir; esperamos pasar un examen, que las personas noten nuestras características especiales o hasta que cuando la persona que queremos que nos vea milagrosamente nos note y se acerque a hablar con nosotros. Muchas veces –y me incluyo- creemos que si no esperamos nada no saldremos lastimados pero honestamente hasta una pequeñita parte de nuestro ser se aferra a la idea de que puede surgir o suceder algo, simplemente le da algo de color a la vida.
Personalmente no soy muy buena a no esperar nada de los demás, muchas veces he llegado a aplicar la de ‘no, obvio no espero nada’, pero oh sorpresa no tan sorpresa… sí lo espero, en primer lugar porque es pare de mi ridícula y romántica naturaleza el creer en algo más grande que todo lo que conozco, y en segundo lugar porque me gusta creer que hay algo de misterio y que ese misterio puede contener un elemento clave de mi futuro, todo sea por el misterio de la vida.
Siento que forma parte de la magia de la vida, además es bonito sentir algo bonito (dhu), aunque claro es diferente crearse expectativas a simplemente esperar algo, las expectativas son muy a futuro –no sé cómo querer casarse o cómo se van a llamar sus hijos- en cambio el esperar es más a corto plazo. No siempre es lo más sano pero es algo que no podemos evitar, a un nivel romántico es lo más usual que puede llegar a pasar pero incluso a un nivel más personal e individual la verdad es que llegamos a pensar que puede llegar a ser, por ejemplo con los amigos llegamos a esperar un poquito más de lo que estamos acostumbrados a recibir y no me dejarán mentir pero cuando no pasa lo que esperamos hasta nos enojamos.
Así que como saben que me encantan las definiciones me tomé la libertad de buscar la de esperar y esto es lo que encontré: Tener esperanza de lograr o de que se realice algo que se desea, creer o saber que sucederá una cosa. Entonces ¿Cuándo esperamos es porque creemos que sucederá algo o es más bien que queremos que pase? ¿Qué parte es más grande entre el desear y el saber? Estas dos preguntas son un simple ejemplo de lo que puede cruzar por nuestras mentes en algún bello momento de crisis existencial pero lo más importante radica en si nosotros de verdad queremos algo.
Hasta recurrí a leer comentarios en Yahoo que hablaban sobre estas esperas y me preocuparon algunos de ellos, eran tan pesimistas que sentí como pedacitos de mi alma se evaporaban ante mi incierto alrededor, aunque sí hubo una respuesta que me gustó mucho así que ¡GRACIAS PATRICIA! En esa respuesta explican que esperamos porque queremos, porque nos hace ilusión pensar que puede surgir algo más o que alguien puede dar un extra más de lo usual y me parece lo más normal en el universo, sin contar con el hecho de que es cierto.
El problema es que no podemos tenerle más miedo a morir que a vivir, es parte de la vida el tener esperanzas, el sentir que algo inesperado puede pasarnos en el camino a casa, incluso que todo es posible, lo cual es una realidad. No es porque haya visto unas cuantas películas románticas a lo largo de mi vida, o demasiadas; pero creo que esperar es algo precioso, es una de esas cosas que generan una visión más completa de lo que somos y queremos ser. Al final de una de mis películas favoritas explica de una manera increíble por qué tendemos a esperar cosas de los demás y la verdad es que es simple: nos aferramos a una idea o persona porque algo nosotros se siente cómodo ante esa idea, así que ya saben no hay que tener miedo de esperar algo, sean felices y no dejen que nadie les diga lo contrario, esperen sueñen e imaginen, nada es imposible.
Au revoir!
