Mis personas.

¿Qué es un amigo?

¿Cómo es un amigo?

Son preguntas válidas y honestamente cuesta trabajo encontrarle respuestas a estas preguntas, de cierto modo es divertido porque nos damos cuenta hasta donde podemos dejar volar nuestra imaginación, y más que nada, ver el peso que tienen en nuestras vidas estas personas.

Ya muchos antes de mí han hablado de esto, ¿quiénes son verdaderamente nuestros amigos? Y yo me atrevo a decir que tengo a los mejores del mundo, personas con las que puedo estar segura, feliz y puedo reír con toda la libertad de saber que no juzgarán mi risa –o bueno sí, pero que se reirán conmigo-. Esos con los que he compartido alegrías, risas, sueños y motivaciones, con los que he compartido tragos amargos pero al mismo tiempo me hicieron recordar que los problemas son pasajeros. Esos son mis amigos, las personas que escogemos como familia y que decimos: “Es increíble como los aguanto, pero más aun que me aguantan.”.

Hoy de hecho estaba con una amiga y nos hicimos esa misma pregunta: ¿cómo fregados es que nos aguantamos?, no sabemos ni por qué somos amigas, pero sí sabemos que de cierta forma nos complementamos. Hay veces en que yo soy la que tiene razón y otras ella, nos peleamos, gritamos y enojamos pero, al final del día; siempre regresamos juntas.

Y aunque usted no lo crea hay personas que, aunque sea a kilómetros de distancia; SIEMPRE están para apoyarnos, si nos caemos nos ayudan a levantarnos desde el otro lado del teléfono y nos hacen sentirnos bien, nos comprenden y nos ayudan a aceptar lo que sucede. Sabemos que hasta son capaces de mover cielo, mar y tierra con tal de que todo mejore. Son ese tipo de personas que esperas con ansias poder ver, que cuentas los días que faltan para que lleguen y te emocionas demasiado al pensar que los verás nuevamente.

Están aquellos con los que escuchas y no necesitas hablar para que sepan que los comprendes, con los que puedes llorar como Magdalena y al final del día acabarán sonriendo, se abrazarán y dirán “ya pasó, todo está bien” y saben que es verdad.

Aquellos que son compañeros de aventuras, con los que puedes decir a ciencia cierta que lo que hagan no les funcionará, pero que de todas formas le entras. Esos locos que un día te dicen vamos a tal lugar en la hora libre, y aquel tal lugar está a horas –bueno, minutos- de distancia pero, al reconocer lo importante que es para ellos decides ir de cualquier forma, y amigos también que se sacrifican por ti y aceptan hacer lo que sea que les pidas.

Esos, esos son los amigos. Dicen que los amigos van y vienen, al final te das cuenta de que los que quedan ya se han vuelto más que tus amigos, son hermanos y hermanas con los que puedes hablar de cualquier cosa, reír, pelear, gritar, portarte mal o hasta hacer berrinches. Son aquellos con los que puedes hablar hasta la madrugada y hablar de los secretos más oscuros, contar malos chistes y reírse de lo malos que son.

No importa el tiempo de antigüedad, hay personas que con unos minutos te hacen darte cuenta de lo que significarán para ti, y con el paso de los años te das cuenta que esos nuevos amigos ahora ya no son más que viejos amigos, y darte cuenta de que el tiempo es relativo sólo hace que aprecies las pequeñas cosas.

Aquellos momentos que ahora comparten, al mirarlos en algún futuro, se van a volver recuerdos maravillosos, de esos que extrañamos y nos ponen nostálgicos y felices, esos que nos hacen añorar momentos pasados tanto así como nos hacen querer revivirlos.

Muchas veces –al menos yo- tendemos a referirnos a ellos como “nuestras personas”, este término lo pusieron de moda en Grey’s Anatomy y de verdad que sí lo son. Llega un punto en el que dejan de ser nuestros conocidos, se vuelven nuestros amigo y después nuestras personas, no hay nada que los pueda separar, porque ya llegaron a un punto en el que saben que por más que quieran separarse, no lo harán. Soy la más ñoña pero yo se que son el Christina Yang de mi Meredith Grey –igual y no es la mejor metáfora pero así funciona para mí-.

Son nuestra segunda familia, nuestra familia a veces hasta los ve como familia, y se vuelven parte fundamental de todos nosotros. Yo estoy feliz de tener a mis personas, soy feliz aunque sea por pasar 5 minutos con ellos, días enteros o hasta una llamada –por teléfono, Skype o Face Time- es más que suficiente para hacerme sentir bien y recordarme lo que sé pero que necesito saber: que hay alguien dispuesto a escuchar mis berridos, callarse, darme consejos y más que nada, estar para mí, siempre.

What It Is Like To Have Met "Your Person," As Told By "Grey's Anatomy"

Así que, quiero agradecer a mis personas, soy afortunada por decir que los puedo contar con las dos manos y que, pese al tiempo o las distancias; siempre han estado y estarán para mí y yo para ellos. Pase lo que pase, moveré cielo mar y tierra si ellos me necesitan y sé, estoy segura, que ellos igual.

Ser amigo no significa una cosa de un rato, es una vocación. Porque todos pueden ser amigos, pero sólo algunos llegan a ser las personas.

Y… ¡Corte!

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