Si, esa palabra no existe, pero ya saben, una tonta combinación entre poética y ego, da: Po-Egotica.
Esta idea me surgió en parte a una parodia para relajarme de las frases pretenciosas que aparecen en mi Facebook y una necesidad de escribir lo que yo sentía de algunos temas, y si, sin ocultar que esto lo hago por puro y nada más que mi propio ego.
Es así como llegue a las tontas canciones románticas que presumo odiar, y lo hago en la mayoría de los casos porque no soporto la cursilería que gozan la mayor parte de ellas, ese juego de palabras a la Ricardo Arjona que no me termina de gustar, pero cuando, y a dos arcadas seguidas de oír algunas de RioRoma llegue a la siempre incondicional e inolvidable (¿Sonó tan ridículo como creo?) Laura Pausini, y así caí en mis propias contradicciones y comencé a escuchar sus canciones mas recordadas, pero se me quedo una: Amores Extraños.
¡Te odio Laura!
Hace poco tiempo, una noche antes del 31 de diciembre conocí a alguien de Argentina, y como todos, tengo prejuicios, había escuchado tanto de las personas de ese país que una voz en mi cabeza hacia que las recordara en los primeros minutos de platica.
A los quince minutos de estar charlando ya se me había borrado toda la información previa, ahora solo oía su acento, veía su cara, reía de sus chistes, me emocionaba con sus animes, trataba de entender su léxico, en pocas palabras: me encanto.
Y así viví dos semanas que me parecieron meses, sentía que nos conocíamos desde hace mucho, me sentía de nuevo en la secundaria ilusionándome con algo tan físicamente lejano, pero que ese niño que nunca nos abandona insistía en seguir intentando.
Algo que me gusta de esta vida y que también es algo de lo más difícil de entender, es que está compuesta de ciclos que se abren y cierran constantemente, que le dan movimiento a todo lo que pasamos, algunos ciclos nos gustan como el comienzo de una relación y otros que nos desagradan, como la muerte. Todos igual de necesarios.
Así es como ese ciclo a la argentina se cerró, que aunque no dudo ni un minuto que volveremos a hablar, no será como antes, porque es algo que concluyó y nada debe ser igual.
Y lo que se pensaría fue solo un “Amor de Invierno” o de verano en su país, me hizo entender lo malo de las fronteras y lo bueno del Skype.
Son amores esporádicos…pero en VOS quedaran.
