Hace algunos años, cuando me encontraba en mis años como estudiante de secundaria; había ido de visita a Aguascalientes junto con mi familia.
Una tarde como cualquiera uno de mis primos me invitó a un lugar conocido como “Los globos”, el cual era una bodega con rampas, rieles, cajones de madera y patinetas. Así es, me encontraba en el que fue el más grande skate park de Aguascalientes hasta ese entonces.
Aunque yo no sabía nada acerca de cómo desplazarme sobre esa tabla de madera con ruedas, me impresioné tanto esa tarde que al poco tiempo compré mi primer patineta, una de esas casi de juguete que vendían en la Comercial Mexicana. Con práctica, horas de entrenamiento y bastantes raspones pude ir mejorando mi técnica y dominar algunos trucos.
Así llegó mi cumpleaños número 13 y junto con un año más de vida recibí mi primer patineta marca World Industries con la cual yo ya me sentía un profesional. Pero después tuve que completar todo el outfit: tenis Vans, pantalones Ecko, mochila Pig Wheels.
Tal vez en ese tiempo no lo percibía como ahora, pero detrás de la pasión por el skate existe una legión de marcas ofreciendo sus distintos productos para “aumentar” tu experiencia dentro de este maravilloso deporte extremo. Algunas de ellas eran y son bastante caras para el consumidor promedio (adolescentes) los cuales aún no tienen un poder adquisitivo alto y por ello recurren a productos sustitutos de menor calidad. Estas marcas brindan cierto status dentro de este grupo social y más por la promoción que reciben al ser patrocinadores de los mejores skaters del mundo (ejem ejem, ¿acaso escuché Tony Hawk?).
Ha sido tal la fama del skateboard que marcas de prestigio como Nike y Adidas tienen su línea de calzado y ropa para practicar este deporte.
Y no sólo las marcas de accesorios se han visto beneficiadas ya que existen diversos vídeo juegos enfocados al tema y que permiten al jugador “practicar” el skate en la comodidad de su sillón. También varios grupos musicales se han visto favorecidos al aparecer en los juegos antes mencionados y en los vídeos publicitarios de las distintas marcas skater, teniendo algunas de sus canciones como himnos del skate y que, en su tiempo; todos los involucrados en este deporte teníamos al menos un disco de ellos para escuchar en el Discman.
Para desgracia de muchos, el skateboarding se volvió bastante comercial, ya no era el patinar por gusto y diversión, se había convertido en una pasarela andante donde no importaba si no sabías hacer más que un truco siempre y cuando trajeras tu patineta para impresionar a las féminas con tu actitud de “niño rebelde”.
Hace pocos días fue inaugurado el skate park del INPOJUVE en la unidad del CREA, esto con el fin de integrar a este sector de jóvenes olvidados de la sociedad y brindarles un espacio digno y seguro donde puedan practicar el skate. Cuenta con rampas, rieles, rebotadores, superficie lisa y perfecta para pasar una tarde larga y agradable.
Sinceramente, espero que tenga un buen uso, que los verdaderos skaters lo disfruten por el mero hecho de practicar lo que les apasiona y no por “farolear” sus accesorios de marca que no saben ni siquiera utilizar de buena manera.
Modas van y modas vienen y es posible que surja un nuevo “boom” por el skate dentro de nuestra ciudad donde las tiendas que ofrecen lo esencial para practicarlo no se den abasto con la creciente demanda.
Aunque para muchos este es un negocio que reporta millones de dólares al año en ventas y patrocinios, yo lo sigo viendo como el mejor recuerdo de mi adolescencia y como el deporte que me ayudó a ser más decidido y a saber enfrentar riesgos.
Para finalizar mi post, les comparto la canción que me brindó bastante inspiración para lanzarme sobre esas rampas.
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