¿Alguna vez te han dicho que la música metalera es del diablo?, si este es el caso no puedes dejar de ver Deathgasm, una película con demonios, metal y mucha sangre.
Brodie es un chico metalero con problemas sociales, quien tras la internación de su madre en un hospital psiquiátrico se va a vivir a un pueblo con sus tíos, cabe destacar que son una familia religiosa y no aceptan su fascinación por el heavy metal.
Sin embargo, Brodie conoce a Zakk, el típico metalero malote, quien se convierte en su mejor amigo y juntos forman una banda a la que llaman Deathgasm. Con su sueño de llegar a ser una banda famosa, de obtener el amor de Medina (la chica bonita del pueblo) y las ganas de vengarse de sus compañeros que le hacen bullying, Brodie descifra y decide interpretar la vieja partitura de una canción que le dio Rikki Daggers (una estrella de metal retirada), pero esta partitura resulta ser el Himno Negro que al ser tocado despierta a los demonios trayendolos a la Tierra.
Después de invocar a los demonios, Brodie, Zakk y sus demás amigos tienen que emprender una batalla contra los cuerpos poseídos para lograr sobrevivir.
Deathgasm engloba todos los mitos y rumores que se corren sobre el heavy metal proyectandolos a la realidad, de esta forma se convierte en una película de horror y al mismo tiempo comedia, sí, comedia, no todo es demonios y metal, tiene escenas que logran dar algo de risa para amortiguar el horror y nauseas que provocan los cuerpos poseídos por los demonios.
Deathgasm es una película que se disfruta siendo metalero o no, de cualquier forma transporta a una época donde la comunidad metalera es reducida e inaceptada por el resto de la sociedad, sin embargo muchos fans metaleros se identificaran.
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