El baúl de películas se ha abierto y en esta ocasión desempolvaremos una cinta que marcó a toda una generación por su historia y sobretodo por su increíble banda sonora: Tiburón.
Verano, playa y… un tiburón gigante que devora gente. Si la analizamos superficialmente, diríamos que Tiburón no es más que una simple historia lineal sin mucho que ofrecernos, con personajes que, desde el principio, sabes que serán los héroes de la películas. Pero ahí radica la magia de “Tiburón”; tiene acción, sangre, situaciones que te hacen sufrir con los personajes y una banda sonora que quedó para la historia.
Estamos ante una cinta que marcó un antes y un después en la forma de hacer películas para el verano y con ello romper la taquilla.
La historia comienza en un pequeño puebla de Nueva Inglaterra, en la Costa Este de EUA con una chica llamada Chrissie que decide ir a nadar. Tras pasar el tiempo comienza a ser atacada por algo que no es visto y finalmente es arrastrada al fondo del mar.
Al día siguiente, el jefe de policía Martin Brody encuentra los restos de la joven en la playa. Los estudios del forense revelan que la chica fue ferozmente atacada por un tiburón. Brody, al enterarse de esto, propone al alcalde, Larry Vaughan, cerrar la playa y dar aviso a todos los habitantes para evitar más ataques. Pero esto no sucede y el alcalde decide no hacer caso de las advertencias porque tiene miedo a que esto arruine toda la temporada vacacional y las ventas de todos los establecimientos caigan rotundamente. Dicho esto, el forense decide cambiar su opinión y finalmente explica que la muerte de la chica se debió a un accidente con la aspa de un bote.
Desconfiando de la explicación final del forense, Brody acepta la sugerencia del acalde de mantener abierta la playa y así atraer a los turistas. Poco después, el gigante tiburón vuelve atacar. Esta vez, la victima fue un niño de nombre Alex (si, un tiburón comiéndose a un niño mostrado gráficamente). Ante esto, su madre ofrece una recompensa para quien capture o mate al tiburón lo que provoca que todos los pescadores de la región salgan en busca del escualo, en especial el experto cazador Quint. El jefe de policía decide llamar a Matt Hooper, un biólogo marino quien determina que la primera victima había sido atacada por un tiburón blanco.
Después de esto, se da la noticia que un grupo ha capturado al supuesto Tiburón asesino y posan con él ante la multitud que aclama el hecho, pues creen que por fin se terminó la temporada de terror. A pesar de esto, Hooper examina al animal y explica que no es el mismo que atacó a Alex y mucho menos Chrissie. Pide que corten al tiburón para anlizar lo que ha comido. Una vez más, el alcalde desiste de las advertencia y se excusa en decir que no permitirá que abran al tiburón por miedo a que los restos del niño caigan ante la mirada de todo Amity Island.
Aún con la negativa del alcalde, Hooper y Brody deciden ir en la noche a donde está el tiburón y abrirlo. Finalmente se dan cuenta que su hipótesis era correcta, porque el escualo no tenía más que restos de basura. En ese mismo instante, Hooper decide que lo mejor ir a navegar a mar buscando al tiburón ya que es más fácil encontrarlo de noche. Después de zarpar, Hooper entra al fondo del mar para investigar una embarcación varada y descubre el cadáver de otro pescador el cual se había aventurado en capturar al tiburón.
El 4 de Julio, fecha esperada por el alcalde, los turistas llegan en masa aun con la advertencia de otro ataque tiburón. Todos están temerosos por lo que puede pasar y la policía está desplazada a lo largo de la playa para proteger a los turistas. Al final, esto no es suficiente para detener al tiburón ya que nuevamente ataca y devora un hombre. Esto deja paralizado al hijo de Brody que se encontraba cerca de la victima. Luego del ataque, el alcalde no tiene más remedio que aceptar los servicios que Quint para que mate al gran tiburón.
Quint, Brody y Hooper se lazan en busca del escualo y para ello comienzan a arrojar carnada en el agua para que el tiburón aparezca y lo logren arponear. Cuando por fin aparece, Quint logra herir al animal y colocarle un barril junto con el arpón para que logren seguirlo más fácil. En la noche, el tiburón decide atacarlos y daña la embarcación, aunque poco después desaparece nuevamente. Al día siguiente, el escualo aparece y Quint logra nuevamente herirlo hasta dos veces seguidas y colocarle más barriles para que le resulte imposible sumergirse y perderse en la profundidad.
Ya cuando lo tiene asegurado al bote, el capitán da la orden arrastrar al animal hacia la costa para cansarlo pero es tanta la fuerza empleada que el motor del bote resulta dañado y los deja a la deriva. Ante esto, el tiburón logra escapar y desprender parte del barco. Sin poder moverse e incomunicados, el equipo decide hacer un ultimo pero arriesgado intento por matar al tiburón: Meter a Hooper a la jaula de acero para que éste ataque al tiburón con una lanza hipodérmica. Cuando parecía que por fin se acabaría la pesadilla, el escualo ataque despiadadamente la jaula, hasta el punto que la destroza. Hooper logra escapar y esconderse. Después, Brody y Quint sacan la jaula para darse cuenta que no queda nada y en ese instante, el tiburón da un ataque final que destroza el bote y hace caer a Quint hacia su gran mandíbula y en una de las escenas más tristes del cine, el escualo se come a Quint. El tiburón regresa para terminar su tarea y acabar con la vida de Brody pero en un intento desesperado el policía arroja un tanque de oxigeno hacia las fauces del animal para que este se lo trague.
Cuando la embarcación está prácticamente hundida, Brody logra rescatar un rifle y trata de dispararle al tiburón para que el tanque presurizado haga explosión. Después de varios intentos fallidos y con el tiburón a unos metros de él, Brody finalmente logra acertar mientras dice “Sonríe, hijo de puta” haciendo que el tiburón explote en mil pedazos. Hooper por fin logra salir a la superficie y junto con Brody regresa a la costa con la pesadilla acuática terminada.
Como dije al principio, “Tiburón” marcó un antes y un después en la forma de hacer cine, no solo por su gran montaje sino porque hizo de las películas de verano algo especial. En la actualidad seguimos recordando a “Tiburón” como una película que nos fascinó pero sobretodo, nos aterró.
¿Qué te pareció Tiburón? ¿Te gustó? ¿Aun te dan ganas de nadar?
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