No soy un crítico ni mucho menos un experto del cine por eso, esto no es más que una simple opinión.
La película nos lleva a San Luis potosí donde conocemos a Pablo (Joe Diazzi) un chico de 17 años que muestra un interés por Marco (Carlos Luque) grabándolo muy “discretamente” con su cámara, a la que es aficionado.
Después de Marco lo descubre y que se van a comer tacos, los dos deciden aventurarse a un viaje al famoso Real de Catorce.
Durante el viaje en carretera Marco y Pablo discuten por sus diferentes personalidades las cuales chocan constantemente y más de una vez.
Por fin llegan a su destino y se encuentran cara a cara con las decisiones que deberán tomar para lograr lo que se propongan. Desde un resentimiento y miedo por no caer en lo que el padre de Marco nunca fue o por salir y dejar de reprimir los sentimientos de Pablo.
La película en mi opinión no funciona. Las historias simples me agradan porque son más personales y en cierto sentido reales, pero esta no es relevante y con una mala actuación de Joe Dazzi que no logra capturar al público ni hacerlo sentir identificado con el personaje de Pablo que en ciertas partes nos hacen catalogarlo como alguien tieso, predecible e irritante.
A pesar de que Carlos Luque tiene unos destellos que me sacaron una sonrisa no logra sostener la trama.
La película está saturada de clichés y resulta predecible especialmente al principio. Con su poco más de una hora de duración el largometraje nunca logra una conexión a pesar de que en la reseña oficial nos hable de una “decisión de vida” no cambiara de ninguna manera la de los que la vimos y será una cinta más perdida en la memoria.
