Una de esas películas que hay que ver antes de morir –literalmente-, es “Las 5 Personas Que Encontrarás En El Cielo” la cual es una de esas historias que son muy bien manejadas desde escenarios, transiciones y personajes, todo en esta película hace que merezca ser vista.
La película es una adaptación de la afamada novela de Mitch Albom, la cual trata una filosofía muy interesante que trata de algo más o menos así: cuando morimos nos visitarán cinco personas que nos demostrarán si nuestro tiempo de vida tuvo un fin, si logramos hacer algo con nuestro tiempo en la tierra y si lo que hicimos generó algo bueno o malo a la sociedad.
Mediante la suave voz de una mujer se narra la historia de Eddie –comúnmente conocido Eddie de Mantenimiento-, un hombre de 83 años que trabajaba en un parque de diversiones y desafortunadamente murió en un accidente tratando de salvar a una pequeña niña, Eddie solo tiene una duda: si logró salvar o no a la pequeña. Al darse cuenta de que ha muerto, él visita o se topa más bien con cinco personas que de alguna manera u otra tocaron su vida, gente que vio durante el transcurso de su vida o hasta personas que nunca conoció, mas al avanzar la historia nos damos cuenta de que todos estamos conectados, y de cierta forma las acciones que realizamos repercuten en otras personas.
Es una historia que vale muchísimo la pena, es un poco larga pero cada minuto y cada historia que cuentan lo vale. Igual y no es el tipo de película que esperarían ver una tarde, pero les puedo asegurar que es el tipo de película que marca una diferencia; no sólo nos puede hacer reflexionar sobre nuestra posición en la vida sino que nos ayuda a comprender ciertos aspectos de la vida que nunca hemos llegado a comprender completamente, también tiene una manera muy interesante de ver la muerte: los finales sólo dan comienzo a nuevos inicios.
Así que ahí lo tienen, la recomendación de una película que puede que no quieran ver, pero que; desde el principio los va a atrapar y les hará pasar unos momentos increíbles y llenos de enseñanzas de las buenas.
Y… ¡Corte!