¡Uuuuyyyy que mello!, es lo que en ocasiones se nos dice cuando a veces tenemos temor de algo. Y aunque parezca algo tonto, es de lo más natural que hay.
Sin embargo, cuando este miedo se vuelve incontrolable y afecta a la persona mucho más de lo normal, es aquí cuando comienza el verdadero conflicto. Por eso aquí se exponen los miedos más frecuentes y algunas posibles soluciones que les puedes dar.
Pero hablando de, ¿qué es el miedo? Es el sentimiento que surge en cada uno de nosotros como respuesta-estímulo a una situación de peligro o amenaza, sea real o imaginaria. Y estos surgen a lo largo de la vida, consecuencia del entorno donde se desarrolla, de la familia, de los amigos, de la educación o de la sociedad en general.
¿Qué tipos de miedo existen? Si bien existen bastantes (y dentro de los cuales algunos clasifican las fobias), existen 4 miedos principales:
– Miedo al rechazo social. Temor a no sentirnos parte de un grupo social, de ser rechazados o simplemente sentirse limitado. Esto proviene de situaciones del pasados, la angustia existencial o al temor de no ser lo que esperan.
– Miedo al cambio: Temor a los cambios producidos en nosotros mismos, en las personas que nos rodean, en las áreas que nos afectan. A presentarnos con los demás con aciertos y errores.
– Miedo a la soledad. Es el miedo más universal. Muchas veces nos apegamos en la primer persona que llega para escapar de nuestra soledad, cayendo en un sentimiento de apego, y no de amor/amistad.
– Miedo al mal, sufrimiento y pérdidas: Guerras, violencia, terrorismo, hambre, catástrofes naturales, desempleo, muerte, carencia de salud, conflictos, entre otros.
Pero, ¿cómo superarlos? Lo primero es que se debe de aceptar y reconocer que se tiene miedo, puesto que es el primer paso que obstaculiza la superación. Posteriormente, hay que auto-examinarse para identificar la causa real por lo que tiene miedo. Identificada la raíz del mismo, se debe de enfocar en aquello que debe de cambiar o eliminar para afrontar ese miedo. A la par, fortalecer varios aspectos de la personalidad que impiden el “desentierro” de las mismas. Finalmente, es necesario que la persona tenga disposición para lograrlo.
¿Mello? Tal vez si, porque cada uno ha tenido experiencias diversas, pero también es necesario dejar eso atrás y aprovechar lo que le denominamos vida, porque solo hay una.
See ya!
Fuente: Por mi familia revista
