Como mencione en ya algunas publicaciones atrás no soy un admirador de los superhéroes y aunque planeo hacer otra entrada explicando las razones, una de ellas es la misoginia que los acompaña, sin embargo esa es otra historia.
Pero algo que me encanto desde la primera vez que lo vi fue a las mujeres guerreras, en especial a aquella que vi por primera vez cuando era niño: Mulan, esta chica que tiene dificultad para ser femenina. Para ser lo que esperan de una princesa.
Esta historia originaria de china y en la que se basó Disney con gran éxito para hacer la película fue uno de los primeros acercamientos que tuve y que cambio mi forma de pensar y ver las cosas, creo que desde ese momento algo en mi hizo que pensar en una mujer que dependiera de un hombre fuera para mí, algo arcaico y sobre todo un mal ejemplo.
Y es que en México con toda esa cultura de las telenovelas en las que todavía muestran a la mujer como un símbolo que no tiene más que mostrar su linda cara y cuerpo para hacerse merecedora de un final de cuento de hadas y ser mantenida hasta el último día de su vida, deprimente.
Y si, es por eso que mi repulsión hacia la saga crepúsculo y todo aquello que muestre a la mujer como un ser débil y dependiente, un ser que si no tiene a un hombre a su lado su vida no tiene sentido.
Un día de marzo de 2012 fui al cine sin muchas expectativas de ver una nueva saga juvenil pero tenía buenas críticas así que fui y el resultado fue increíble para mí, porque había encontrado una saga (después de Harry potter) digna de leer sus libros y escabullirme en su historia: Los Juegos del Hambre.
Y es que Katniss una chica del distrito 12 y con gran habilidad para el arco tiene algo que la televisión mexicana aún se niega a mostrar: Fuerza, destreza, habilidad, valor.
Pero encima de todo, ella, no es para nada perfecta, es lo que me enamoro, hace lo que tiene que hacer, que no siempre va acompañado de un poder hacer, no duda en disparar una flecha con tal de sobrevivir o de proteger a su hermana, no se detiene a pensar en dilemas morales, mucho menos es mojigata.
Algo que es hermoso en las mujeres es cuando son femeninas, y que puede enamorar a muchos, siempre y cuando lo sean porque quieren y no porque ese esperen de ellas.
