First aid space power: El medicamento que se pone en los zapatos de los pacientes.

¿Qué me pasa, doctor?  Es una de las preguntas más comunes que le hacen los pacientes a sus médicos, y no fue la excepción de la diseñadora Carlijn Evenboer mejor conocida como Carlinsky, que hacia constantemente dicha pregunta al ver que los doctores no encontraban las causas que originaban su enfermedad.

La diseñadora neerlandesa  no entendía por qué razón (viendo en el siglo XXI) los medicamentos tenían un sabor tan poco agradable y una presentación de empaque muy poco atractiva para los usuarios; a final de cuentas, el tener una enfermedad es algo que en definitiva no se disfruta en lo absoluto por lo que los medicamentos no tendrían que ser algo que vuelvan la situación más desagradable.

Carlinsky llegó a la conclusión de que si ella como persona adulta no conoce las razones por las cuales los medicamentos tienen ese sabor, la probabilidad de que un niño lo comprenda es nula, ya que la infancia es una etapa en la que  se debe disfrutar al máximo cada momento, y una enfermedad no debe ser obstáculo para vivir la niñez de manera extraordinaria.

Es injusto ver que los niños o las personas en general tengan que lidiar con un tratamiento posterior a un periodo de hospitalización, sin mencionar los medicamentos que día con día recuerdan de manera desagradable que se tiene una enfermedad.

Es por eso que Carlinsky creó el prototipo llamado First aid space power, un medicamento que convierte a los niños en astronautas y héroes espaciales.  Dicho medicamento tiene una presentación muy atractiva y su sabor es algo que lo hace diferente de cualquier medicamento (inclusive esta la posibilidad de ofrecer una presentación que se pueda diluir y tomarse como licuado de fresa).

A continuación comparto las imágenes de su idea creativa:

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En mi opinión la idea de Carlinsky es muy buena ya que existe una empatía con el consumidor, ofreciendo un producto agradable para una situación que no lo es tanto.

En este mercado actualmente creo que la entrada de nuevas ideas en cuanto a sabor  y packaging es complicada, puesto que las empresas dedicadas a crear los medicamentos se preocupan por satisfacer la necesidad básica de los consumidores: “curar la enfermedad”, por lo que al tener una formula que sea efectiva se enfocan en buscar nuevas alternativas para curar a los pacientes y no en optimizar otras cuestiones como lo es su sabor y su empaque.

Pero como lo he mencionado en alguna de mis entradas anteriores,  día con día los consumidores buscamos que exista una empatía, y en cuestiones medicas creo que este factor aumenta de manera exponencial ya que la salud es un tema que requiere de mucho cuidado.

Como Carlinsky creo que pronto existirá mas gente que se preocupe no solo por la enfermedad, si no por la persona que la porta. Los medicamentos deben ser algo que no solo erradiquen las enfermedades,  sino que sea algo que se convierta en un incentivo o reconocimiento a las personas por lidiar con dichas problemáticas.

El concepto de Carlinsky esta sobre la mesa, ahora solo falta esperar a que alguna firma farmacéutica compre la idea y empiece a desarrollar el medicamento.

Nos leemos pronto.

Fuente: Yorokobu

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