Joy, protagonizada por Jennifer Lawrence, resulta ser una buena película biográfica que, a pesar de ser drama, cuenta con toques de comedia que la hacen diferente. No es la típica historia de amor.
Debo admitirlo, cuando leí la premisa de esta película automáticamente pensé que se trataría de una cinta más de drama-amoroso donde todo sale mal pero al final todos son felices. Menos mal que me equivoqué.
Joy es una película biográfica sobre Joy Mangano, inventora, presentadora y empresaria estadounidense que gracias a su ingenio logró hacerse de una fortuna.
Como dije, lo anterior podría parecer la típica historia de menos a más, la mujer que es tratada mal pero al final logra sus sueños y se queda con el “galán” de la película pero no es así. Joy nos muestra a familia completamente ajena a la protagonista; un padre que busca mujeres, una madre resignada a ver todos los días telenovelas, una hermana que nunca la apoyó. un ex esposo que vive en el sótano. Su único apoyo lo encuentra en su abuela y en sus hijos.
Por momentos la película nos presenta flashbacks sobre la infancia y adolescencia de Joy, así como los sueños (y pesadillas) que la hacen pensar que su vida se ha quedado estancada y que nunca podrá triunfar y mucho menos crear inventos como ella tanto quería.
Evitando escenas cursis y de romance forzado, la cinta tiene una línea dramática con toques de comedia que nos hacen relajarnos un poco luego de ver todas las penurias que pasa la protagonista. Aquí no encontrarán a la pareja o la familia que, con el amor, logran todo. Es ir por una montaña rusa de éxitos y fracasos que nos hace pensar que el éxito sólo se consigue con trabajo duro. Si quieres saber más sobre la verdadera Joy, aquí hay un artículo sobre ella aunque eso signifique contarte prácticamente toda la película.
Acompañando el gran trabajo de Jennifer Lawrence encontramos actores como Robert De Niro y Bradley Cooper cuyos personajes influyen de manera directa en la forma de ser y actuar de Joy, llevándola finalmente a tomar sus propias decisiones y no precisamente por consejo suyo.
Joy resulta ser un buen filme en términos generales aunque por momentos se crea confusión por los saltos en el tiempo o escenas cuyas tomas se ven extrañas, cumple con los requerimientos de un drama con unos tintes de comedia que la hacen, en lapsos, divertida.
