Al pensar en el nombre de Elvira, rápidamente se nos viene a la mente Cassandra Peterson, quien era la presentadora de un programa de terror, en este caso podemos decir que existen ciertas similitudes entre el personaje de Elvira, interpretado por Cecilia Suárez y la mencionada, la diferencia es que no estamos delante de un programa de terror, sino de una película que pretende sorprendernos con una historia que le da una vuelta media confusa a la tortilla.
Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando (Caro, 2015) nos cuenta la historia de Elvira, una mujer que es abandonada por su esposo, quien la deja por un joven apuesto, el cual es interpretado por Luis Gerardo Méndez, decidiendo así vivir su vida, a lo largo de la película somos testigos de cómo Elvira está al borde de un ataque de nervios, y no es para menos, pues Cecilia Suárez sabe interpretar a una mujer en crisis, casi al estilo de Almodóvar.
Los detalles de este film están en que en lugar de tratar de descubrir y proponer un lenguaje sincero por parte del director, nos presenta un producto que claramente sigue los lineamientos de cineastas como Wes Anderson o Darren Aronofsky, sin justificación alguna, más que mantener entretenido al público.
La vecina de Elvira repetía frecuentemente que la fe es muy importante, como si hubiera un mensaje oculto para la audiencia, es decir, que la cinta a final de cuentas tuviera un transfondo de creer en que todo mejorará, pues la fe mueve montañas, emociones y hasta instintos.
Otra de las cosas que debilitan a la película, es el uso de timelapses pues existen maneras mucho más llamativas y creativas de marcar el paso del tiempo.
Podemos interpretar que Manolo Caro ve a muchas mujeres mexicanas como Elvira, es por eso que se la dedica a todas y cada una de ellas en los créditos del film.
Si ustedes quieren darle su tiempo a la película de Elvira, ¡adelante! No la pasarán mal, pero no verán nada nuevo en pantalla, puesto que no es una mala película, pero tampoco es memorable, ni extraordinaria.
