No mi Valentín…

Se nos vino la fecha, no creo que muchos la esperaran honestamente; un día al año en el que todos los poderes del cosmos se reúnen para que los precios de las mercancías San Valentineras (flores, chocolates, etc.) suban, o tal vez son las compañías que deciden eso debido a la demanda de dichos objetos. No sé si ustedes kalochos se dieron cuenta pero a una semana del 14 ya nadie dice nada, como si se hubiera borrado de la faz de la tierra…

En fin, mi  día de San Valentín transcurrió de manera casual, en la mañana hice unos encargos y después comí como todos los sábados con mi familia, eventualmente vi películas con mi hermana y decidí en la noche salir con mis amigas, de nuevo; nada fuera de lo normal. Siento que últimamente en años anteriores ha habido una cierta nostalgia por estas fechas, quién no quisiera pasar el 14 con alguien más después de todo; pero este año no.

Este año me di cuenta de que si se celebra el amor no debe de ser solo un día al año, es algo que se vive todos los días por el resto de tu vida tengas o no a alguien –no que acosen a alguien pero deben darse cuenta de que no se necesita a alguien más para poder pasarlo bien. Somos la mejor compañía para cualquier fecha del año y San Valentín no es la excepción.

Ya pasó una semana y durante estos largos (casi siete días) estuve contemplando todas y cada una de las cosas que pudieron haber sucedido pero a grandes rasgos fue si lo pude o no haber pasado sola. Molesta saber que igual y no lo pude pasar con alguien pero después de pensarlo mucho el pasarlo sola fue mi mejor decisión, del mismo modo no es como que no haya hecho nada y me haya encerrado a llorar en mi cuarto hecha bolita culpando a la vida, no, más bien la pasé con mi familia y amigas relajadas y contentas. Sin presiones y sin estrés.

No sé si les haya pasado alguna vez que parece que el universo conspira en contra nuestra, todo lo que queremos hacer y planeamos no funciona como esperábamos, pero todo en esta vida tiene una oscura razón escondida: madurar. Ya hemos mencionado antes que el madurar va de la mano con saber estar solos, no es algo que solo pase una vez al año sino más bien algo de todos los días necesarios.

Si es que llega a aparecer alguien en nuestro óleo de vida debe ser alguien que se merezca el lugar, alguien que pelee por los derechos –de la buena forma- y disfrute de los beneficios, una persona que logre sacar lo mejor de nosotros y que lo malo lo logre aceptar y que no lo quiera ni intente cambiar. Quien quiera que logre ganarse un lugar en ustedes debe estar a la altura de la situación, no debe de hacernos sentir nada negativo y mucho menos nos debe de hacer pasar corajes o malos ratos.

Este 14 de Febrero quise algo más, quiero algo que me haga temblar de emoción   más de 365 días, que me haga sentir que cada día que pase es algo nuevo, que me haga ver que vale la pena pasar un 14 de Febrero en compañía; aunque no pasa nada si lo pasamos solos. Honestamente mi mejor compañía fui, soy y seguiré siendo yo siempre.

Vale la pena decir o recalcar que si es que alguien llega a aparecer debe merecer el honor de sacudir nuestro mundo, alguien que no sea un Valentín sino más bien un simple caballero que sea capaz de demostrar que cada día es algo especial y algo que vale para todos los días que quedan de existencia, pero sobre todo; que todos los días pueden ser un 14 de febrero.

Au revoir!

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