Hace no mucho leí un artículo que hablaba de los “neo-solteros”, que son un grupo de personas que dicen estar solteros por decisión, no por circunstancias; y al leerlo me puse a pensar en que yo también soy soltera por elección, aunque llegue a pensar que ha sido por circunstancia, sé que me estaría mintiendo.
He llegado a tener oportunidades que yo misma he rechazado, pero he estado enamorada igual de personas que no tomaron la decisión –o como yo– la oportunidad, pero no por eso significa que no he estado, estoy o estaré enamorada.
Muchas veces llegamos a considerar que el amor es algo que se puede llegar a representar sólo de una manera, algo que es exclusivo de un sentimiento romántico y que no se puede presentar de alguna otra manera más que teniendo a una persona en nuestras vidas.
Lo cierto es que, desde mi punto de vista; no lo veo así. El amor no es necesario o tal vez exclusivo de algo romántico, el amor es algo global, algo que podemos aplicar a nuestra vida diaria y que puede llegar a ser especial para nosotros –mas no esencial–.
Digo que sí, sí estoy enamorada, pero el problema ahí es que casi todas las personas asocian el estar “enamorado” con el que haya un “alguien” en nuestras vidas, una persona que sea capaz de hacernos sentir enamorados.
Es probable que ya muchos antes de mí hayan hablado de esto, así que probablemente pensarán en generalizar o hasta pensar que ya saben de lo que hablaré, y sí; puede haber coincidencias y/o similitudes con lo que leerán a continuación, pero es algo que yo considero muy personal y, obviamente; diferente a lo que esperan.
Por más vueltas que dé esta vida siempre estaré enamorada, de lo que hago, lo que me gusta; enamorada de cómo me siento cada mañana al darme cuenta de que tengo una oportunidad más de vivir mi día mejor que el de ayer, de saber que todas las personas que quiero estarán a mi lado, de las cosas pequeñas como el sonido que crea la lluvia al chocar contra vidrios, banquetas o contra mi propia piel, de esa sensación tan inexplicable que es sentir como esas gotas en mi piel me recuerdan que las puedo sentir porque estoy viva, el frío que, por ejemplo; me hace recordar que soy afortunada por tener abrigo en mi casa pero también, de saber que puede llegar el día en el que esté con alguien –que me quiera y yo a él– y que no me importe el frío.
No significa que no quiera vivir algún día una aventura romántica, simplemente considero que el amor va más allá del tener una relación formal con otra persona y, a decir verdad; vivo enamorada del amor, de lo que representa y lo que es, así como de ese amor romántico, el que nos venden en las novelas literarias, películas y series. Me encanta que nos puede llegar a hacer sentir jóvenes, llenos de vida y, simplemente; felices.
Pero no se necesita a otra persona para sentirse joven, feliz o lleno de vida. Lo único que le falta a esa receta para el amor y la felicidad, es estar enamorados de nosotros, y debo de decir que no hay nada más difícil de lograr. Es justo como cuando nos preguntan qué es lo que no nos gusta de nuestras personas, podemos decir un millón de cosas que no nos gustan de nuestra apariencia física o hasta de nuestra personalidad pero, en cambio; si nos preguntan lo que nos gusta no podemos decir (muchas veces) una cantidad mayor a cinco cosas que nos gusten.
No es fácil aprender a querernos, ¿pero cómo vamos a querer a alguien si no nos queremos a nosotros mismos? No es posible que veamos más fallas en nosotros de las que en realidad hay, y que estas fallas son superadas en número por todas las cosas buenas que tenemos pero que no somos capaces de ver. Así que de alguna forma u otra tenemos que aprender poco a poco, día con día a enamorarnos de nosotros mismos, de las cosas que nos gustan y nos hacen disfrutar, reír y sonreír.
Me cuesta trabajo decirlo, pero estoy enamorada de mí, soy feliz con todo lo que soy y lo que sé que puedo llegar a ser, estoy enamorada de lo que me rodea y de lo que me ha hecho ser quien soy el día de hoy, estoy enamorada de lo que aún no pasa pero que me va a ayudar a ser quien seré el día de mañana. Yo soy la actriz principal de esta obra, y aunque suene egocéntrico; esta actriz está enamorada de ella misma, no siempre será fácil; pero sabe que siempre que se sienta perdida bastará con que se encuentre a sí misma para que todo vuelva a tener sentido, y así pueda llegar a ese final feliz que tanto quiere, necesita y merece. Está enamorada de las pequeñas cosas de la vida, de sus retos, victorias y caídas, de sus gustos culposos y de todo lo que la hace quien es.
Hay que estar enamorados de nosotros mismos, de lo que nos gusta y nos ayuda a ser quienes somos, hay que ser protagonistas y aprender con cada escena y capítulo que pasamos que sí existe la felicidad, y que si la sentimos perdida sólo hay que mirar lo que tenemos dentro para encontrarla.
Y… ¡Corte!
