Perverso. Viernes de breviario cultural.

Ustedes son de los que les gusta romper reglas, no les gusta lo común y les encanta ir contra lo establecido, entonces sí puedo decirles “perversotes” o ¿debería decir “pervertidotes”?

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A poco no al usar éstas palabras lo hacemos con toda comodidad de expresar a alguien malvado, una mente perversa, o con connotación sexual un hombre o mujer con gustos raros. Dejénme decirles que me he metido en un gran problema con este post, porque es más complicado de lo que parece.
Se complica cuando dices eres perverso o pervertido y leyendo me he encontrado en que tiene mucho que ver el contexto en el que la expresión es utilizada; y una de las vueltas es que un pervertido puede ser, digamos, al que se le inflige la perversión, para efectos prácticos la víctima de la perversión.
De inicio es un término muy psiquiátrico, desde ahí empezamos con lo macabro muajajajajaj porque a inicios del siglo 19 se clasificaba como enfermedades (desviaciones) sexuales, ahora conocidas como parafilias (por ejemplo la zoofilia), y luego llega Sigmund Freud con su psicoanálisis y nos dice que toooodos somos perversotes.

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Entonces, perversión viene del latín y según la Real Academia de la Lengua deriva del verbo pervertir que refiere a la alteración las costumbres consideradas como normales con conductas extrañas.
La perversión es lo que va contra lo que se considera natural o normal y un perverso es el que tiene conductas que se apartan de lo aceptado socialmente, pues.  Freud consideraba que alguien perverso era el que buscaba el sexo por placer y no para reproducirse.
Y dejando la sexualidad a un lado, la psicoterapeuta, psicoanalista, psiquiatra Marie-France Hirigoyen, dice que la perversidad es ser manupilador patológico en términos muy sencillos, “El perverso sabe cómo seducir al grupo y conseguir que funcione de manera inhabitual; conoce sus límites y frena su acción cuando percibe que puede ser descubierto.” ¿Los políticos son las personas más perversas del mundo, acaso?
Pero para que vean que Freud tiene razón, aunque a muchos no les guste, en efecto todos somos perversos, pero no se horroricen, leí este pensamiento y creo que es perfecto, miren: Amelié (la de la película), se orgasmeba al meter la mano en una bolsa de especias, esa es la perversión de Amelié. 
La perversión no es siempre algo malo, siempre y cuando no sea una condición mental grave, es sencillamente tener gustos que a otros no se les hacen comunes; básicamente,  si para mí lo correcto es que ustedes, después de leerme, compartan el post, lo comenten, se enamoren de Kalot y ustedes no lo hacen así, para mí ustedes son unos perversos.
gato-malo
Les dije que esto no era nada sencillo, a mis lectores más estrictos quizá les parezca vago, sin embargo, espero haberlos pervertido y lean más acerca del tema, y haber aportado un poco a su breviario cultural.

Brenda A.

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