Jason Bourne regresa con sed de mas accion.
Dando continuidad a la trilogía Bourne (identidad desconocida, la supremacía y él ultimátum) tenemos de regreso a Jason Bourne (Matt Damon) quien, después de doce años retirado de los conflictos de los eventos anteriores en donde expuso la “operación blackbriar” y recuperado de su amnesia, es contactado por Nicky Parsons (Julia Stiles).
Parsons está empeñada en informar al mundo sobre todos los planes que tiene la CIA los cuales obtuvo mediante el hackeo de una de las computadoras del organismo donde en el proceso encontró archivos sobre el pasado de Bourne, ocasionando que lo vaya a buscar a Grecia para poderle informar. Lo que Parsons nunca observó, fue que al momento de robar la información la jefa de seguridad Heather Lee (Alicia Vikander) implantó un virus con el cual pueden localizar y borrar de forma remota los archivos.
Cuando por fin se reúnen Parsons y Bourne en Grecia, son cazados por un elemento del proyecto Treadstone quien con recelo trata de aniquilar a Bourne mediante cualquier costo llevándolos por persecuciones en Grecia y las vegas generando caos, tratando de borrar el pasado aunque Bourne lo evite.
En general, cumple con las expectativas de una película de acción que no te dejarán no un momento pestañear, una trama repetitiva en cuanto las fórmulas de persecución + disparos. Nos llevaran a conocer el pasado de Bourne y algo de sus orígenes pero nos dejará con ganas de más como siempre lo han hecho.
Y los dejo una emblemática canción que seguro reconocerán los fans de esta saga
